La cátedra de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la UBA
(FAUBA) advirtió que en la presente campaña de soja aumentó la
intensidad de algunas patologías en la Región Pampeana y se observaron
síntomas en los cultivos que generalmente se relacionan con la Mancha
Marrón, causado por Septoria glycines, pero que al analizarlos en el
laboratorio resultaron ser generadas porCercospora spp. Ambas son
enfermedades foliares de fin de ciclo, que en años húmedos pueden
provocar pérdidas de hasta 30% en el cultivo.
“Es un problema grave que viene creciendo año a año”, sostuvo Marcelo
Carmona, profesor titular de la cátedra de Fitopatología de la FAUBA al
sitio de divulgación Sobre la Tierra. Y afirmó que “el diagnóstico
errado de los agentes causales podría incidir no sólo en los
rendimientos sino también en los estudios de eficiencia de control de
fungicidas y en los programas de mejoramiento de genotipos para cada
enfermedad”.
Estos programas de investigación son de gran importancia porque en la
Argentina (así como en el resto del mundo) no existen variedades de
soja resistentes a este tipo de enfermedades. Por eso aumentan las
aplicaciones de fungicidas y crece la posibilidad de que surjan
resistencias a los principios activos más utilizados.
“En las últimas campañas agrícolas vimos que la intensidad del Tizón
Morado, causado por Cercospora spp., se incrementó y continuó siendo
extremadamente alta incluso después de la aplicación de fungicidas.
Creemos que las poblaciones naturales de este hongo podrían estar
perdiendo progresivamente sensibilidad y haciéndose resistentes a los
fungicidas”, alertó Francisco Sautua, docente de la cátedra de
Fitopatología de la FAUBA, quién realiza un doctorado en la Universidad
Nacional de La Plata, donde se aboca al estudio de esta problemática
bajo la codirección de Mercedes Scandiani.
Diagnóstico certero
Durante el actual ciclo productivo, los fitopatólogos de la FAUBA
realizaron un relevamiento de enfermedades sobre cultivos de soja en la
zona núcleo de la Región Pampeana: “Nos llamó la atención la cantidad de
hojas manchadas, con lesiones aisladas, con y sin halo clorótico, muy
similares a las causadas por Mancha Marrón, especialmente en el tercio
superior del canopeo. Ninguna de ellas presentaba síntomas de
encrespamiento rugoso, morado y purpura, que caracteriza a Cercospora.
Cuando incubamos las muestras en el laboratorio observamos que esa
sintomatología, que es muy similar a la Mancha Marrón causada por S.
glycines, en realidad había sido causada por Cercospora spp”. El
diagnóstico se repitió en todos los casos analizados.
Uno de los desafíos que presentan las enfermedades causadas
porCercospora spp. es que si bien infectan al cultivo de manera
temprana, recién manifiesta sus síntomas en estadíos avanzados, durante
el llenado de granos. En concreto, la planta puede no mostrar síntomas
durante 90 o más días después de ser infectada, por eso es necesario
ajustar las prácticas agronómicas. Pero los investigadores sostienen que para tomar decisiones correctas, no basta con observar el lote.
“Muchos técnicos y asesores podrían estar evaluando síntomas de Tizón
Morado causado por Cercospora como si fueran síntomas de la Mancha
Marrón, ya sea en ensayos de evaluación de genotipos o de fungicidas.
Pero las enfermedades de fin de ciclo no se pueden diagnosticar con
precisión a campo, solamente de manera visual. Para identificar la
enfermedad con certeza es necesario incubar el material en el
laboratorio. Así se podría seleccionar un genotipo adecuado o decidir
qué fungicida utilizar para controlar la enfermedad y determinar si hay
resistencia a fungicidas”, aseguró Carmona.
Nuevas investigaciones
Los investigadores sostienen que Cercospora estaría generando nuevos
síntomas y que también podrían existir diferentes especies implicadas,
que hoy no son conocidas. La hipótesis parte del trabajo de Sautua,
cuyas investigaciones forman parte de un convenio alcanzado entre la
FAUBA y la Universidad de Louisiana, EE.UU., y son apoyadas por
laFundación Facultad de Agronomía de la UBA, el Instituto de
Biotecnología del INTA Castelar y la empresa BASF.
Sautua explicó que en EE.UU. también encontraron nuevos síntomas
foliares y especies de este hongo en el cultivo de soja, así como
resistencia a fungicidas. Por eso están estudiando junto a la
Universidad de Louisiana la sensibilidad de diferentes aislamientos de
Cercosporaspp. a los principios activos de fungicidas que hoy son más
usados por los productores. Al mismo tiempo están determinando qué
especies de este hongo afectan al cultivo en cada región productiva del
país: “Sabemos que hay varias especies involucradas en Estados Unidos,
Brasil y Argentina, tales comoCercospora kikuchii, C. cf. flagellaris,
C. cf.sigesbeckiae. Nuestro objetivo es determinar si los distintos
síntomas están causados por diferentes especies o razas de la misma
especie”.
Por último, el investigador adelantó que en conjunto con la
Universidad de Louisiana y el Instituto de Biotecnología del INTA están
trabajando en la secuenciación del genoma de este hongo que afecta a la
agricultura, y consideró que este aspecto sería relevante para avanzar
en su control de cara al futuro. (FAUBA)
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