Información clasificada por www.sintesisagraria.com
SLT en los medios
Áreas clave a conservar en la parte alta de la Cuenca Matanza Riachuelo
17-04-2024
(SLT-FAUBA) Campos de soja, pastizales, industrias y hogares. La Argentina es enorme, pero convivir nunca fue fácil. Sobre todo en la Cuenca Matanza Riachuelo, donde vive cerca del 10% de la población. ¿Dónde producir y dónde conservar? Un ...
(SLT-FAUBA) Campos de soja, pastizales, industrias y hogares. La Argentina es enorme, pero convivir nunca fue fácil. Sobre todo en la Cuenca Matanza Riachuelo, donde vive cerca del 10% de la población. ¿Dónde producir y dónde conservar? Un estudio académico en la parte alta de la cuenca creó mapas que identifican las áreas prioritarias para la conservación. Los elaboraron en función de la mirada de organizaciones científicas, territoriales y gubernamentales. Encontraron grandes consensos para conservar hasta el 70% del área.
La Cuenca Matanza Riachuelo es una de las áreas más transformadas y más contaminadas del país. En ella, casi 5.000.000 de personas viven rodeadas por industrias y producciones agropecuarias.
“Su parte alta es más bien rural y la componen los municipios de Las Heras, Marcos Paz, Cañuelas, San Vicente y Presidente Perón. Desde hace décadas, los monocultivos y los countries avanzan sobre los pastizales de la zona y reducen los beneficios que estos ecosistemas aportan”, contó Valentina Balsari, docente de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA). Cuando se afectan servicios ecosistémicos como la retención de contaminantes, la regulación del régimen hídrico o el atractivo visual, se afecta el bienestar de quienes habitan la cuenca. Fuente: marcospaz.net
Cuando se afectan servicios ecosistémicos como la retención de contaminantes, la regulación del régimen hídrico o el atractivo visual, se afecta el bienestar de quienes habitan la cuenca. Fuente: marcospaz.net
En el marco de un convenio entre la FAUBA y la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), Balsari identificó qué áreas de la cuenca alta son prioritarias para conservar. “Registramos la percepción de integrantes de ACUMAR y de organizaciones científicas y territoriales sobre criterios socioecológicos como el tipo de vegetación o la distancia a áreas protegidas, a centros poblados y a escuelas”. Los criterios incluyeron la distancia a cursos de agua, a escuelas rurales, a centros poblados y a áreas protegidas, los tipos de vegetación y el radio de influencia de los apiarios
Los criterios incluyeron la distancia a cursos de agua, a escuelas rurales, a centros poblados y a áreas protegidas, los tipos de vegetación y el radio de influencia de los apiarios
“Construimos mapas que muestran los valores de conservación que las organizaciones le asignaron a diferentes zonas y cuánto coincidieron entre ellas. En promedio, al 70% del área se le asignó una prioridad de conservación de moderada a alta, con un grado de acuerdo elevado. Las superficies más valoradas se concentraron cerca a centros poblados y a escuelas rurales, y a distancia intermedia de áreas protegidas”, explicó Valentina a SLT. De los 983 km
2
que se analizaron el trabajo, 688 km
2
resultaron con una prioridad moderada a alta de conservación
De los 983 km2 que se analizaron el trabajo, 688 km2 resultaron con una prioridad moderada a alta de conservación
Balsari, docente del Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información, resaltó que sus resultados pueden servir para direccionar los esfuerzos de conservación de este territorio tan amplio y complejo. “Cuando no existe el ordenamiento del territorio, diferentes actividades avanzan y la gente queda expuesta a fumigaciones o a efluentes industriales”.
Y agregó que usaron una metodología transparente y trazable que permite ver los criterios y las valoraciones de las distintas organizaciones de la zona. “Si bien ACUMAR se encarga de la gestión territorial, esta información es un insumo muy útil”, remarcó Balsari a partir de su tesis de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la FAUBA. Tire y afloje para la sustentabilidad
Julián Monkes, docente del Área de Educación Agropecuaria y Ambiental de la FAUBA, destacó la importancia y la complejidad de incorporar la mirada de quienes habitan el territorio. “Cada persona tiene su idea de conservación y es clave considerarla en las políticas públicas. Siempre hay acuerdos y resistencias entre los diferentes actores”. Si bien la idea de conservación no fue la misma para todos los actores, los valores de conservación promedio y el grado de acuerdo fueron altos
Si bien la idea de conservación no fue la misma para todos los actores, los valores de conservación promedio y el grado de acuerdo fueron altos
En este sentido, Julián añadió que los productores agropecuarios que no llegaron a incluir en el estudio quizás tengan una mirada distinta a la de la población urbana sobre qué es la conservación. “Suele existir una tensión entre conservar y producir. En esta zona, la producción agropecuaria es una de las principales actividades”.
Por su parte, Valentina contó que, por ejemplo, algunas lagunas de áreas protegidas se vaciaron para regar lotes agrícolas.
“De todas maneras, en la idea de conservar de las organizaciones ambientales que entrevistamos también se incluía a la producción agropecuaria, como la ganadería sobre pastizales o la agroecología. En esos casos, conservar no significaba sacar las actividades productivas”, aclaró. “Fue muy interesante analizar y reflexionar sobre lo que las personas consideran conservar” (V. Balsari)
“Fue muy interesante analizar y reflexionar sobre lo que las personas consideran conservar” (V. Balsari) Para cerrar, Balsari reflexionó: “La colaboración entre la academia, los organismos gubernamentales, las organizaciones locales y el resto de la población es esencial para gestionar de manera sustentable el territorio, incluyendo tanto áreas que brinden servicios ecosistémicos como producción de alimentos”.