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Un experto de la FAUBA brinda un panorama de lo que se viene en biotecnología y aconseja qué hacer para que resulte sustentable.
FAU BA Especial para Clarín Rural
Frente al desafío de responder a la creciente demanda de alimentos, investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) destacaron el aporte que puede hacer la biotecnología para responder a problemas actuales de la agricultura, como la aparición de resistencias, y para aumentar la productividad de los cultivos sin afectar el área de siembra y los recursos ambientales.
Al respecto, Eduardo Pagano, docente de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA, indicó que se espera la llegada de una nueva generación de plantas más eficientes para controlar plagas y malezas, con eventos biotecnológicos que incorporan genes de resistencia a insectos, apilados con otros que resisten a herbicidas, más allá del glifosato. Estos materiales se encuentran en diferentes fases de evaluación o a la espera de ser aprobados por organismos oficiales de control.
Pagano, quien el mes pasado participó como coordinador del panel “Uso responsable de las tecnologías” en el congreso de Aapresid, aseguró que la biotecnología representa una herramienta útil para aumentar la productividad de los cultivos, pero observó que un desarrollo tecnológico sustentable debería incluir no sólo la introducción de un gen foráneo en una planta, sino también cambios radicales en los sistemas de producción, como sucedió en las últimas décadas con la adopción de la siembra directa, y otras buenas prácticas agrícolas, como la rotación de cultivos.
Respecto a los cuidados de la tecnología Bt, la más reciente lanzada en soja el año pasado, el uso de refugios para evitar la aparición de resistencias en insectos no tiene objeciones, aseguró el docente. La siembra de un maíz convencional sobre el 10% de un lote implantado con híbridos Bt servirá sin dudas para albergar a una población de insectos susceptibles al gen de Bacillus thuringiensis (Bt).
Pero la aparición de eventos apilados permitirá agregar una herramienta más al manejo integrado de plagas. En este sentido, Pagano afirmó: “Muchos genotipos que hoy presentan dos o más transgenes están destinados a un control simultáneo de malezas y de insectos, pero es creciente la aparición de aquellos que expresan más de una proteína insecticida, cuyo propósito fundamental es el manejo de la resistencia”.
Además, sostuvo que los avances biotecnológicos no prevén reemplazar a los refugios, sino ofrecer una alternativa de manejo, que también podría ser contraproducente si se utiliza de un modo indiscriminado. “En la medida en que se apilen eventos sobre eventos, se aumentará la presión de selección, propiciando la aparición de resistencias cruzadas que serán más difíciles de controlar”, advirtió. Más allá de esta alerta, todo indica que en el futuro aumentará la utilización de eventos apilados. En Illinois (EE.UU.), por ejemplo, los genotipos apilados ocupan el 60% del área sembrada, casi el doble de la superficie implantada ocho años atrás. “Allí se usan híbridos que expresan dos proteínas Cry (extraídas del gen Bt) destinad a controlar Diabrotica virgifera y conferir resistencia a lepidópteros, respectivamente, a las que se suma otro transgen para la tolerancia a un herbicida (glifosato o glufosinato de amonio)”, contó el profesor.
En relación con los herbicidas, el panorama presenta algunas analogías con el control de insectos, teniendo en cuenta el crecimiento de los problemas con las malezas resistentes, después de dos décadas de sembrar genotipos de soja tolerantes a glifosato.
“También en estos casos se plantea la utilización de dobles transgénicos como alternativa eficiente para el control de malezas resistentes”, apuntó Pagano, y recordó que, próximamente, los productores tendrán a su disposición materiales resistentes a más de un herbicida, como glifosato e inhibidores de la acetolactato sintasa.
Pagano. Investigador y docente de la cátedra de Bioquímica en la FAUBA.
Biotecnología. Atravesará cada vez más a la agricultura en los próximos años. Aquí, un laboratorio de Monsanto. |
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