¿Qué puede aprender la ganadería actual de Netflix? |
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Este fue uno de los interrogantes planteados en el 37° Congreso Argentino de Producción Animal realizado en la Universidad Católica, de Buenos Aires.
En octubre, la Asociación Argentina de Producción Animal llevó adelante el 37º Congreso Argentino de Producción Animal, del cual participaron algo más de 700 personas y cerca de 100 conferencistas de distintas partes del mundo.
“Debatimos el futuro de la ganadería de aquí a los próximos 20 años”, explicó Cristian Feldkamp, presidente del Congreso realizado en la Universidad Católica Argentina, con la organización conjunta de la Sociedad Chilena de Producción Animal y la American Society of Animal Science (fue auspiciado por la American Dairy Science Association y la European Association of Animal Production).
La tecnología que viene
“Las tasas anuales de mejora genética animal podrían, al menos, duplicarse en los próximos años mediante el uso de información molecular y de algoritmos predictivos inspirados en la inteligencia artificial y las ciencias informáticas. Estas herramientas son una realidad en bovinos de leche y rápidamente podrían extenderse a otras producciones”, afirmó Daniel Gianola, investigador de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, en una de las tantas disertaciones que se llevaron adelante en el evento.
Además, el experto sostuvo que “el paradigma vigente consiste en emplear información de genealogías o de ADN usando un efecto aditivo, según el cual los efectos de los genes se suman unos a los otros sin tener interacción”. Y agregó: “En cambio, nuestra metodología no postula ningún modelo ni supuesto y trata de capturar una señal sin preguntarse su origen mecanístico. Son métodos que se desarrollan para tener un buen comportamiento predictivo, pero sin objetivo inferencial, que ocupa a la estadística clásica”.
Según el investigador, existen áreas donde esta tecnología se emplea de manera rutinaria. Por ejemplo, la empresa de películas online Netflix usa un algoritmo de predicción llamado “caos progresivo” que tiene una gran capacidad para predecir el gusto de sus usuarios por las películas, a partir de la misma información que recibe de sus clientes.
Ahora bien, ¿cómo se traslada esto a la ganadería? “Utilizamos información genealógica, de efectos ambientales y de marcadores moleculares sobre los animales que nos interesan por sus características productivas, y a partir de ello desarrollamos modelos que aprenden cuántos litros de leche produce una vaca por día, sin entender por qué imitan el sistema y lo emulan en condiciones hipotéticas similares a los actuales”.
Gianola advirtió que estas técnicas aún no se aplican de manera rutinaria en genética animal y vegetal, pero sí en casos particulares, como en el cultivo de maíz.
“En ganado lechero, se estima que la tasa anual de mejoramiento genético se duplica con el uso de información molecular con casos particulares de estos algoritmos, aunque en la práctica hemos encontrado tasas muchos más altas”, señaló el investigador. Y agregó que la industria absorbe de manera muy rápida este tipo de herramientas de mejoramiento:
Además, las tecnologías se estarían haciendo más accesibles desde lo económico.
“El costo de los marcadores moleculares ha sido abatido consistentemente. Antes, secuenciar el genoma humano costaba US$ 75 millones, y hoy menos de mil. En Estados Unidos, un chip con 800.000 marcadores moleculares cuesta menos de US$ 200: los costos son insignificantes”
Desafíos nutricionales y alternativas antibióticas
La posibilidad de mejorar la inmunidad de los animales sin comprometer la calidad de carne y leche, también encuentra alternativas desde lo nutricional, explicó Darío Colombatto (1), investigador del Producción Animal de la Facultad de Agronomía de la UBA y el CONICET, en el 37º Congreso Argentino de Producción Animal.
En ese sentido, el especialista de la FAUBA se refirió a la nutrición de los sistemas ganaderos del futuro y detalló: “Buscamos alternativas ante las regulaciones y crecientes restricciones al uso de antibióticos o promotores de crecimiento, con el uso de aceites esenciales, taninos y encimas. Estos aditivos naturales podrían reemplazar o sustituir esos productos que hoy están siendo restringidos en ciertos países”.
Además, explicó: “Tratamos de reemplazar antibióticos que no están siendo usados en la ganadería con fines terapéuticos, sino como promotores de crecimiento, y que tienen una visión negativa en la Comunidad Europea”.
Fuente: Motivar, 1 de diciembre. |
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