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Hace un mes, se firmó un documento histórico en la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático, en París, que marca el consenso de los países sobre la situación en la que nos encontramos: el impacto humano en la naturaleza es grosero, ya no se ponen en duda las causas y consecuencias del cambio climático y estamos corriendo contrarreloj. Es necesario un equilibrio entre los humanos y los recursos del entorno. Y esto no depende sólo de cambios drásticos, inversiones millonarias ni desafíos imposibles. Todos podemos hacer pequeñas acciones para mejorar el medioambiente.

Los departamentos de investigación de Greenpeace (que actualmente denuncia la tala de árboles en Argentina con la visita de su barco Esperanza), científicos del mundo y hasta Leo Di Caprio, una de las caras visibles de esta movida, concuerdan en que un mundo de energías 100% renovables es económicamente viable y técnicamente posible pare el 2050. "De hecho, puede ser muy divertido para que todos nos sumemos", comenta Nasha Cuello Cuvelier. Ella fue nuestra embajadora "ambiental" en París.

“Cuando era chiquita pensaba que vivía en un mundo verde, lleno de bosques al estilo película de Disney, fui creciendo y me di cuenta que eran reservas naturales aisladas, mal cuidadas y poco protegidas”, recuerda, como un cuento con final poco feliz, Nasha Cuello Cuvelier. La niña soñadora se convirtió en una joven luchadora por un mundo mejor y llevó sus ideas a París: allí, esta ambientalista de 25 años fue embajadora por la Argentina en la última Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21). “La juventud no es el futuro, somos el presente y nacimos sabiendo que la naturaleza es frágil y hay que cuidarla”, dice con énfasis y marcando un lema generacional o ¿una bandera de lucha?

Entre las plantas del Jardín Botánico, la estudiante de Ciencias Ambientales cuenta que volvió esperanzada del encuentro: “En el pabellón de jóvenes estaban todas las propuestas novedosas. Ahí es cuando nos dábamos cuenta de que la transición hacia un mundo sustentable es posible, no es una utopía”. Entre las ideas pensadas, nació un proyecto para desarrollar en el futuro: una plataforma virtual en donde todos los jóvenes del mundo puedan subir las iniciativas que realizan en sus comunidades y otros puedan implementarlas en sus ciudades.

–¿Cómo te parece que está el país en cuanto al cuidado del medio ambiente?
– Voy a ser optimista... Creo que tiene el potencial de tomar la lucha contra el cambio climático para resolver un montón de problemas que tenemos, como el hambre, las enfermedades y la pobreza. Lo que no entienden es que el tema del ambiente es transversal. Por ejemplo, si tenés un pueblo sin luz sumido en la pobreza, no es necesario invertir millones en cableado: podés utilizar energías solares, eólicas o hídricas (que de paso no contaminan) y solucionás un gran problema que genera mejoras en el nivel de vida de todos. Es cuestión de querer hacerlo.

Nasha fue elegida por la UNESCO gracias al trabajo que realiza con la Fundación Eidos. Desde hace diez años, vienen creando programas para educar a las generaciones más jóvenes sobre medio ambiente y sustentabilidad. “La idea es que los chicos traigan sus ideas, agarremos un problema, lo convertimos en un desafío y reordenamos los elementos de la realidad para hacer un proyecto”, explica sobre uno de los programas llevado a cabo en las escuelas porteñas: Eco Debate Joven.

–¿Cómo se puede concientizar a los pibes?
–Sólo hay que hacerlo sexy, lindo o divertido. Todos tenemos algo que nos molesta y queremos cambiarlo. Hay que hacer cercano un problema ambiental. Y si empezás a pensar que todo lo que termina en la basura puede ser riqueza, te aseguro que te cambia la cabeza.

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