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La expansión de la frontera agrícola en el NOA podría llevar a la salinización de los suelos  
Portal del Campo- 20-07-2012 -
  Nota publicada por: Portal del Campo el 20-07-2012

Nota de origen:
En el NOA, ¿un desierto de agua salada?
Enviada por: FAUBA , el 14-06-2016

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Los cambios generados en el uso del suelo por la expansión de la frontera agrícola están acelerando procesos que en la naturaleza demoraron miles de años en manifestarse, y que hoy amenazan seriamente su productividad.

Dos estudios de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) advierten sobre las consecuencias del desmonte en Cuyo y en el Noroeste de Argentina (NOA), vinculadas con el ascenso de las napas freáticas y a la salinización de los suelos. En Australia ya se perdió el 10% del área agrícola por este fenómeno, que en sólo 30 años podría llevar a que parte del NOA, donde hoy se produce alimentos, se inunde con agua salada.

Los estudios, que también involucran a la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), se concentran en planicies semiáridas de las regiones Espinal y Chaco, en la provincia de San Luis, donde apareció un nuevo río de la noche a la mañana, con cauces de 10 metros de ancho y 5 de profundidad, y del este de Salta, donde el desmonte y la siembra de cultivos (principalmente soja) crecieron de manera exponencial en los últimas años.

"El reemplazo de la vegetación semiárida por agricultura de secano genera mayor humedad en el suelo, lavado de sales de los perfiles y un posible ascenso de los niveles freáticos", resumió Celina Santoni, quien estudió el tema en su tesis de posgrado en la Escuela para Graduados de la Fauba, bajo la dirección de Esteban Jobbágy, pionero en la investigación de este proceso desde el Grupo de Estudios Ambientales de la UNSL e investigador del Conicet.

Los trabajos que también fueron financiados por el Instituto Interamericano de Para la Investigación del Cambio Global (IAI), el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (Foncyt) y el Conicet, involucraron a demás la participación de José Paruelo, Gervasio Piñeiro, Victoria Marchesini, Laura Amdan y otros investigadores de las cátedras de Ecología y Métodos Cuantitativos de la Fauba.

Según Jobbágy, el Nuevo Río (como se lo denominó en la provincia cuyana) es una señal temprana de los grandes cambios provocados en el uso de la tierra. "Los sedimentos pasaron allí 9.000 años sin sufrir incisiones ni procesos parecidos. Pero desde los 70, los niveles freáticos subieron hasta 10 metros y, de la noche a la mañana (realmente, no metafóricamente), el ascenso de las napas generó una ruptura por donde corre el agua en forma permanente, aun en la estación seca", explicó.

Los impactos

¿Qué cambió en estos años para generar tal impacto? "Lo que resulta único del presente es el disturbio agrícola: 90% de la cuenca está desmontada", aseguró el investigador. "Los bosques secos en estas condiciones de clima suelen alojar naturalmente una enorme cantidad de sales en el suelo muy profundo, a más de dos metros de profundidad. Esto es el resultado del consumo exhaustivo de agua que hace la vegetación natural y que lleva a que se acumulen sales en profundidad por siglos o milenios, y que las napas freáticas se mantengan profundas. La agricultura cambia esta condición, generando fugas de agua en profundidad. Con el tiempo esto lava las sales, las transporta a la napa, eleva su nivel y, en muchos casos, causa salinidad en superficie cuando las napas entran en contacto con la atmósfera", explicó.

En Australia existe un antecedente denominado dryland salinity, que provocó al ascenso del nivel freático, con aguas totalmente salinizadas, producto del lavado de las sales acumuladas naturalmente.

En el NOA, las investigaciones arrojaron coincidencias con San Luis, Australia y otras planicies semiáridas de EEUU, según Amdan, que estudió las consecuencias del desmonte sobre la recarga de agua subterránea y la salinización de suelos en Salta. Su trabajo se presentó junto a otras tesis coordinadas de la licenciatura en Ciencias Ambientales de la Fauba ante la Corte Suprema de la Nación, para evaluar el impacto ambiental por el desmonte en cuatro departamentos salteños (San Martín, Orán, Rivadavia y Santa Victoria), que en las últimas tres décadas tuvieron el mayor crecimiento agrícola del país, en detrimento del bosque.

Por esta razón, los investigadores se concentran en remediar o frenar el proceso y proponen sistemas alternativos de manejo del suelo que, sin limitar las producciones agrícolas típicas de ambientes semiáridos y las tendencias productivas actuales, retrasen o anulen el efecto de recarga subterránea y la salinización del agua y los suelos.