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Agroquímicos: entre mitos, desinformación y el uso responsable  
Radio Cadena Sol- 23-11-2017 -
  Nota publicada por: Radio Cadena Sol el 23-11-2017

Nota de origen:
Invitación Jornada de Agroquímicos en la UBA
Enviada por: FAUBA , el 29-11-2017

Esta noticia ha sido difundida por las siguientes agencias:
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Quienes trabajan en rubros relacionados al agro, seguramente poseen mayor conocimiento acerca de los fitosanitarios que el ciudadano de a pie, que tal vez conoce el concepto “de oído”, por un folleto o una movilización en las calles de la ciudad.

Para entrar en sintonía con el tema ¿Qué se entiende por fitosanitario? De acuerdo a lo que plantea la Cámara de Seguridad Sanitaria y Fertilizantes (Casafe), los productos fitosanitarios, también llamados productos para la protección de cultivos, agroquímicos o plaguicidas, son sustancias que protegen la sanidad de las plantas, y con ello los alimentos. Estos productos pueden ser de origen biológico o de síntesis química y permiten minimizar o impedir el daño que las plagas pueden causar a los cultivos. Según la plaga que controlen pueden ser acaricidas, fungicidas, insecticidas y herbicidas.

Voces desencontradas

Para el investigador y docente, Guillermo March la mayoría de las polémicas públicas en este tema se producen porque parte de la sociedad percibe riesgos mayores que los que han determinado los expertos; por el contrario, las personas directamente expuestas y que manipulan los plaguicidas con frecuencia tienden a subestimar el riesgo, lo que a menudo conduce a una marcada diferencia en la percepción de riesgo entre la sociedad, los técnicos y los científicos.

Cuando se habla sobre el impacto de los plaguicidas, generalmente la atención se enfoca en los efectos negativos que su uso puede causar. Sin embargo, “el primer efecto de los plaguicidas es el incremento de la disponibilidad de alimentos, fibras, bebidas, fármacos, plásticos, biocombustibles, que antes de llegar a las góndolas de los supermercados o al surtidor de la estación de servicio, deben ser producidos en el campo”, sostiene March en el libro Agricultura y Plaguicidas: un análisis global.

En una realidad marcada por diferentes voces, a favor o en contra del uso de fitosanitarios, surgen propuestas como el proyecto de Ley “muy restrictivo” de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental presentado por Pino Solanas, y en paralelo, se realizan capacitaciones sobre el uso y aplicación responsable de los fitosanitarios.

Hace una semana, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) organizó el 1° Congreso Nacional de Fitosanitarios en la ciudad de Salta y el próximo 5 de diciembre, la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) realizará la jornada “Una mirada científica sobre los agroquímicos”.

Durante el encuentro que se extendió dos días, especialistas del INTA recomendaron la adopción de prácticas que favorezcan el cumplimiento de las pautas de seguridad y el cuidado del ambiente.

Según relata el INTA en su portal, los inicios de la agricultura se remontan al período Neolítico, cuando las sociedades humanas evolucionaron para dar inicio a los primeros cultivos y a la cría de animales. En esa época, la relación de la humanidad con la naturaleza era muy estrecha, al punto de conocer las características del ambiente, los cultivos, las interacciones biológicas y comprender los ciclos productivos que garantizaban el alimento y la protección de los desatinos climáticos.

Los siglos pasaron, el mercado avanzó y los sistemas productivos se simplificaron. Por lo cual, resulta impensado prescindir de los insumos sintéticos para combatir las plagas y malezas, entre otros males que afectan a las superficies productivas. Así lo entiende el técnico especializado en aplicaciones periurbanas del INTA Oliveros, Santa Fe, Luis Carrancio, quien reconoce que “hay una cultura del productor agropecuario tendiente a la simplificación impulsada por un sistema que lo acompaña: la formación académica, el mercado, los sistemas de acopio y de transporte, entre otras”.

Especialistas del INTA recomiendan capacitación y responsabilidad al aplicar los fitosanitarios

En este escenario, surgen dos filosofías antagónicas, dos paradigmas y dos maneras del ver el mundo: la que defiende una producción dependiente de insumos, pero con buenas prácticas, o bien, como contrapartida, quienes sostienen que se puede generar alimentos de un modo agroecológico.

“Resulta muy difícil romper con el sistema para volcarse a la agroecología cuando triplica las horas de trabajo y hace menos rentable la productividad de un campo”, explicó el técnico de Oliveros, sin descuidar que, además, se requiere un conocimiento superior y tiempo para comprender los ciclos productivos o, simplemente, “escuchar al suelo”.

Buenas prácticas

Frente a esta dualidad, Ramiro Cid, especialista en aplicación de fitosanitarios del Instituto de Ingeniería Rural del INTA Castelar, afirmó: “No hay que demonizar a los insumos sino, más bien, a la mala praxis”.
Dicho enunciado, deja al productor en un rol crucial. Si tiene la tecnología disponible y el conocimiento a su alcance, “¿Qué falla a la hora de aplicar los fitosanitarios? ¿Hay negligencia, desconocimiento o, simplemente, gana la indiferencia?”, se preguntan los especialistas del INTA.

Para Cid, los productores no tienen la obligatoriedad de cumplimentar ciertos requisitos en pos de una certificación, lo que se suma a una baja oferta de operarios capacitados. Por su parte, Carrancio fue más contundente y aseguró que “existe una ética ausente que prioriza la rentabilidad por sobre el ambiente”. Además, complementó: “Hay un gran desconocimiento que aleja a los productores de las buenas prácticas”.

Ambos especialistas subrayan la importancia de “estar capacitados y tener responsabilidad social”, de contar con personal matriculado, equipos verificados y registrados en las provincias para cumplimentar con las pautas mínimas de seguridad y reducir al máximo los riesgos.
“Es fundamental tomar conciencia que los fitosanitarios bien empleados son una herramienta fantástica, pero si las cosas se hacen mal se puede ocasionar mucho daño”, destacó Cid.

Según comentó Carrancio, entre las consultas más recurrentes de los productores, se destaca la incertidumbre sobre el grado de toxicidad de los productos. Ante esto, informó que “desde INTA, sólo podemos dar respuesta sobre la toxicidad aguda de los productos, pero sobre la crónica (causada por pequeñas dosis a lo largo del tiempo), no tenemos información dado que no está estandarizada la clasificación universal”.

En esta línea, Cid aseguró que “todos los alimentos que consumimos, en algún momento del proceso productivo, necesitaron, para desarrollarse, agroquímicos, incluso en la ganadería” y, sin embargo, la esperanza de vida es cada vez mayor.

De acuerdo con el especialista de Oliveros, “es la presión de la sociedad la que, como en tantas otras circunstancias a lo largo de la historia, pone en la agenda pública la problemática de la mala praxis en la aplicación de fitosanitarios y demanda un cambio de paradigma productivo y nosotros, como organismo del Estado, salimos a acompañar y capacitar”.

Lo cierto es que en torno a estos temas que despiertan múltiples voces, hay que respetar los puntos de vista y la inteligencia del otro, y ser capaces de generar nuevas formas de comunicación y de relación para atravesar fronteras ideológicas, corporativas y culturales