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¿Sobrevivirán las plantas forrajeras después de la sucesión de inundación, pisoteo y sequía?  
El Rural- 10-05-2018 -
  Nota publicada por: El Rural el 10-05-2018

Nota de origen:
¿Cuánto puede resistir un cereal a una inundación?
Enviada por: FAUBA , el 28-09-2018

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Los trabajos fueron realizados por Agustín Grimoldi y Gustavo Striker, docentes de las cátedras de Forrajicultura y Fisiología Vegetal, respectivamente, de la FAUBA. Se concentraron en las principales fuentes de alimentación de los vacunos en la Pampa Deprimida, que son las gramíneas (pastos), que aportan volumen y fibra, y las leguminosas, como el Lotus, que aportan proteína.



Comportamiento frente a inundaciones

Para avanzar en las investigaciones, los docentes de la FAUBA provocaron condiciones similares a las que existen en la naturaleza, pero en situaciones experimentales controladas. Así, simularon inundaciones, defoliaciones e, incluso, las pisadas de los animales sobre el pastizal.

“Probamos el efecto conjunto de esos factores, porque un vacuno come el pasto y lo pisa al mismo tiempo, mientras la zona está inundada. Las plantas tienen que sobrevivir a esos dos disturbios”, dijo Grimoldi, y adelantó que para reproducir el pisoteo diseñaron curiosos artefactos como un “apretómetro” y un “pisómetro”.

Striker explicó que, frente a una inundación, las plantas adoptan dos estrategias básicas: “Una es tratar de escaparse por fuera del agua, para evitar la sumersión completa y, con ello, la falta de oxígeno y de luz. Ante este escenario pueden elongar los tallos y las hojas para ganar contacto con la atmósfera, oxigenarse y realizar la fotosíntesis.

Otra opción es dormir una larga siesta hasta que el agua se retire, sobre todo cuando la inundación es muy profunda y no existen posibilidades de estirarse para escapar. En este caso, la planta trata de hacer una economía de las reservas para rebrotar cuando el agua se retire.



Diferencias

Según Grimoldi, cada especie de planta se comporta de un modo diferente. Así, mientras “las gramíneas siempre intentan salir del agua, porque en general no tienen demasiadas reservas, muchas de las leguminosas disponen de una corona que concentra las reservas y permite que las plantas puedan soportar más tiempo bajo el agua”, distinguió. Hasta aquí, la literatura disponible. Pero los investigadores buscaron ir un poco más allá.

“Descubrimos que las leguminosas intentan salir del agua si la profundidad es baja. Pero si la inundación es mayor, la planta cambia de estrategia: si bien aún desconocemos el mecanismo, encontramos que la planta puede calcular cuán profunda es la inundación y, a partir de ello, decidir si intenta salir a la superficie o no”, detalló. A priori, los científicos suponen que podrían hacer esta medición con relación a la incidencia de la luz o a la presión de oxígeno en el agua.

Para encontrar estas respuestas, primero experimentaron con una pileta cubierta con tres centímetros de agua. Allí, las leguminosas salieron a la superficie. Luego, probaron con otras profundidades: a partir de los 20 centímetros observaron que las plantas redujeron su metabolismo y permanecieron esperando. Esta estrategia les permitió sobrevivir.

En cambio, las gramíneas siempre intentaron salir del agua y, cuando los investigadores no se lo permitieron, murieron.



Comportamiento frente al pisoteo

¿Cómo sobreviven las plantas cuando, además de estar sumergidas, son pisoteadas por los bovinos? La pregunta llevó a los investigadores a revisar la literatura científica disponible y a realizar nuevos experimentos.

“Desde la década del 80 veníamos leyendo sobre un tejido especial que se generaba en las raíces de las plantas, llamado aerénquima. Cuando las células mueren, dejan agujeros dentro de las raíces que se comunican con la parte aérea, en contacto con la atmósfera. Estos espacios intercelulares ayudarían a transportar el oxígeno hacia las raíces sumergidas”, dijo Striker.

“Porque cuando la planta está inundada, la difusión de oxígeno es 10.000 veces más lenta y da lugar a dos fenómenos denominados hipoxia y anoxia, según exista una disminución o falta total de oxígeno. Por eso, las plantas se las ingeniaron para proveerse de oxígeno desde la parte aérea y transportarlo hacia las raíces a través de los canales, que funcionaban a modo de snorkels”, indicó.

Y agregó: “La literatura internacional decía que este aumento de los agujeros debilitaba la estructura de la raíz y que, entonces, éstas iban a tener una menor resistencia al pisoteo de los animales. Por eso nosotros probamos someter las plantas a inundaciones, hacer que se generen estos espacios aéreos en las raíces y, además, diseñamos un aparato que nos permitió calcular la presión que resiste la estructura de raíces con y sin esos agujeros, en gramíneas y leguminosas”. El artefacto fue bautizado como “apretómetro de raíces” y se utilizó junto a otro, complementario, que crearon los científicos, denominado “pisómetro”, mediante el cual una pezuña artificial simula el peso de 100 kilos sobre la planta.

En el caso de las gramíneas, el investigador explicó que las plantas poseen una estructura radial muy fuerte (similar a los rayos de la rueda de una bicicleta), llamada esclerénquima, que protege a las células. Así las raíces pueden aumentar el potencial de transportar oxígeno sin perder resistencia mecánica, es decir, soportando altas presiones, como las que puede generar el pisoteo vacuno”. Las leguminosas, en cambio, responden del modo opuesto: a mayor cantidad de espacios aéreos en las raíces, menor es la resistencia mecánica. “Cada vez había que hacer menos presión para que las raíces colapsaran”, apuntó.

Y destacó que las leguminosas no sólo no desarrollan esclerénquima, sino que los espacios aéreos de las raíces no se disponen de una manera ordenada: “Estos agujeros no poseen ningún tipo de patrón, se rompen con poca presión y no soportan el pisoteo vacuno”, observó.



Del laboratorio al campo

“Muchas personas relacionadas con la producción ganadera habían observado el fenómeno en el campo y ahora entendían por qué pasaba. Decían que las gramíneas se morían cuando la inundación era alta. Y que perdían las leguminosas cuando el lote era pisoteado. Ahora entendieron por qué”, dijo Grimoldi.

Además de echar luz sobre el funcionamiento de las plantas, los investigadores se plantearon la necesidad de generar conocimiento para que los productores ganaderos puedan tomar mejores decisiones. “Me parece que explicar que las gramíneas tienen que estar preferentemente afuera del agua y que las leguminosas no toleran el pisoteo va a condicionar las prácticas en el campo”, consideró, y aseguró que con esta información los ganaderos pueden adoptar algunas medidas simples ante una inundación, como mejorar el manejo de la defoliación en relación con la altura del agua.



Fuente: Sobre la Tierra. Fauba.