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Ley de Semillas: Diálogo Universidad y productores  
Engormix- 18-06-2019 -
  Nota publicada por: Engormix el 18-06-2019

Nota de origen:
La Universidad fortalece el diálogo con los productores
Enviada por: FAUBA , el 18-06-2019

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Avanzan en el desarrollo de líneas de investigación en colaboración con agricultores. Advierten que el proyecto de modificación de la Ley de Semillas sólo pone foco en las empresas. Destacan el caso australiano como un ejemplo de cooperación entre la producción y el Estado.

En las últimas décadas, la industria de semillas registró una concentración inédita en el mundo. Este fenómeno trajo aparejado una pérdida en el diálogo con los productores, que actualmente sólo participan del desarrollo de los nuevos materiales como simples receptores de la tecnología. Ante esta situación, investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) plantean la necesidad de escuchar las demandas de los agricultores y avanzar en programas de mejoramiento participativos, que involucren el trabajo conjunto de ambas partes.

Así lo consideró Gustavo Schrauf, profesor titular de la cátedra de Genética de la FAUBA, quien destacó el trabajo que llevó a cabo el criadero de la Facultad desde mediados del siglo pasado, cuando sus investigadores desarrollaron uno de los primeros híbridos de maíz del país e inscribieron variedades de alfalfa, iniciando un programa de mejoramiento de especies forrajeras que se fortaleció con el tiempo. La FAUBA ya lleva inscriptos 12 cultivares de especies forrajeras, muchos de los cuales obtuvieron excelentes desempeños a escala nacional.

“Ahora estamos abordando nuevos cultivos. Próximamente vamos a inscribir el primer cultivar argentino de arándanos, que denominaremos Naike, generado por un programa de mejoramiento realizado íntegramente en el país y por la universidad pública junto a una empresa privada. Además, comenzamos a desarrollar un programa de mejoramiento participativo en tomate, que representa un enorme desafío porque, a diferencia del modo en que generalmente trabajamos los investigadores, alejados del productor, en esta oportunidad proponemos avanzar de manera conjunta, dialogando”, informó Schrauf.



Mejoramiento participativo

Según el docente de la FAUBA, “muchas veces los investigadores trabajamos en un laboratorio o en el campo experimental, alejados de la producción. El productor sólo puede participar de ese proceso adquiriendo el producto acabado. Pero esta distancia que hoy existe entre ambas partes no siembre fue así: Años atrás, el agricultor también podía tener un rol de mejorador, hasta que con la especialización de la industria semillera se perdió ese diálogo”.

Hoy, la industria semillera está tan concentrada que sólo tres grupos de empresas son las responsables del 60% de las semillas del mundo, que a la vez están en manos de fabricantes de agroquímicos (que controlan el 70% del mercado mundial de ese segmento). Bayer, como empresa europea, compró Monsanto de Estados Unidos, DuPont se fusionó con Dow Chemical Company —ambas de Estados Unidos—, y la empresa China National Chemical Corp (ChemChina) adquirió Syngenta y Nidera. “Para estas compañías su mercado es el mundo: no es ni la Argentina ni, mucho menos, un productor que tiene problemas de inundaciones, déficit hídrico o salinidad, en una región local relativamente pequeña para su escala de negocios”, advirtió Schrauf.

A diferencia de este proceso de concentración y distanciamiento entre el desarrollo de semillas y el sector de la producción, la cátedra de Genética de la FAUBA comenzó a trabajar con un conjunto de productores para conocer sus demandas específicas. “Desde la agricultura orgánica nos plantearon que les cuesta acceder a semillas desarrolladas para su producción porque los materiales disponibles comercialmente fueron seleccionados para un manejo con agroquímicos”, ejemplificó Schrauf como uno de los temas que surgió de ese intercambio.

La iniciativa ya permitió comenzar a trabajar en conjunto en un proyecto concreto que apunta a revalorizar el cultivo del tomate, devolviéndole el sabor que perdió hace años. “El objetivo es implementar la investigación en contacto directo con ellos, lo cual también representa un desafío para nosotros porque la Facultad tiene una trayectoria de mejoramiento tradicional, no con esta modalidad participativa”, dijo el docente.