| En el país, la agricultura familiar produce el 80 por ciento de la verdura que consumimos |
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Verónica Puig, El campo tiene la palabra
Pablo Benetti, es ingeniero agrónomo, asesor de productores minifundistas que generan alimentos de calidad controlada como verduras, cítricos y quesos. Es además miembro de asociaciones que nuclean a estos productores. En diálogo con El campo tiene la palabra, el técnico destacó el trabajo que realizan en la generación de productos de alto valor local. “Para las poblaciones es fundamental contar con un sistema fortalecido de abastecimiento de alimento base, como son las verduras, huevos o los quesos, porque son estos productores, los que tienen la capacidad de hacer llegar, de manera rápida por cercanía especialmente, lo que se comercializa en verdulerías, despensas y supermercados”, detalló Benetti.
Es una fortaleza que crece, en un momento en el que el traslado de todo tipo de alimentos, tiene restricciones.
“En el marco de la emergencia sanitaria que vivimos, poder tener abastecida una población, con alimentos zonales, es ser eficientes en una economía circular donde se fortalecen todos”, enfatizó el productor y asesor.
Para que este sistema integral productivo funcione, debe existir un ajustado esquema de venta y demanda donde se concientice a los consumidores, sobre la importancia de contar con alimentos frescos, controlados y generados en su región. Y estímulos y aportes del Estado para que los productores puedan invertir, producir y crecer. “Esta producción que generalmente se realiza por parte de los agricultores familiares, se localiza en los ejidos municipales y es fundamental para poder llegar con productos frescos de granja”, concluyó el ingeniero agrónomo Pablo Benetti.
Movimiento nacional.
Este fenómeno de la necesidad de contar con alimentos producidos regionalmente para tener productos que no requieran grandes traslados, como se hacía tradicionalmente, antes de la Emergencia sanitaria, crece en todo el país. Un informe generado por la Facultad de Agronomía de Buenos Aires, plantea un escenario global y consigna que “si bien el sector de los alimentos es uno de los exceptuados por la cuarentena, debido a que se trata de un bien básico, muchos productores de hortalizas, debieron buscar alternativas para comercializar sus verduras ante el cierre de las ferias donde usualmente llevaban sus productos”. En este contexto, el Programa de Extensión en el AMBA de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) realizó un relevamiento para conocer la situación y colaborar en el fortalecimiento de redes que faciliten la venta directa a precios justos. Se resolvió realizar entregas puerta a puerta de bolsones con verdura de estación, de transición agroecológica. Además, la Feria de Productor al Consumidor comenzó a funcionar online. “Nuestro objetivo es acompañar a pequeños productores para que produzcan alimentos sanos, puedan acceder a una vida digna y comercialicen sus productos de manera directa, sin la intermediación de las grandes cadenas de supermercados”, explicó María Marta Bunge, codirectora del Programa AMBA, desde donde trabajan con familias y agrupaciones como la Asociación de Productores 1610 y el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI). “El aislamiento obligatorio dispuesto por el Gobierno visibilizó la necesidad de articularnos y está ayudando a fortalecer las redes que ya se venían dando desde hace algunos años”, afirmó Marta Bunge, en la nota que nos envía el periodista especializado en temas agropecuarios, Juan Manuel Repetto, desde prensa de la Facultad de Agronomía de Buenos Aires.
El fortalecimiento de esta economía circular se dará en la medida en la que los consumidores puedan acceder a los productos regionales, valorarlos y sostener la demanda en el tiempo. |
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