| La uchuva asoma como una alternativa para productores locales |
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Los productores tucumanos podrían contar en un breve lapso con una nueva opción de cultivo, que actualmente no se produce con fines comerciales en la Argentina: la uchuva (Physalis peruviana L.).
Con el objetivo de recabar información sobre cómo se cultiva, y sobre qué calidad y rendimientos puede alcanzar, el INTA y la Facultad de Agromomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) realizaron un estudio en nuestra provincia. El ensayo evaluó diferentes aspectos del cultivo y alcanzó resultados alentadores.
Según la web Sobre la Tierra (SLT) /servicio de divulgación científica y tecnológica sobre agronomía y ambiente de la Fauba/, la uchuva representa una gran alternativa para diversificar las producciones frutihortícolas de la región. Esta fruta, nativa de Sudamérica, se está volviendo cada vez más popular en la gastronomía. En parte, porque sus pequeños frutos amarillos y dulces poseen un alto tenor de vitaminas y de antioxidantes.
“La uchuva es una planta herbácea que puede alcanzar hasta 2 m de altura. Es pariente del tomate y de la berenjena. Su fruto tiene alto contenido de provitamina A, vitamina C, complejo vitamínico B, hierro, fósforo y antioxidantes. Por eso, cada vez más personas lo buscan para consumir fresco o en dulces y mermeladas. Además, tiene una gran capacidad para adaptarse a diversas condiciones climáticas”, indicó a SLT Rolando Quiroga, del INTA Famaillá. Explicó que se eligió esta zona para el estudio debido a que el norte argentino es centro de origen de algunas especies del género, como el tomatillo. “Quisimos analizar si la uchuva tenía potencial productivo en Tucumán y llenar el vacío de información sobre su producción”, explicó.
Quiroga contó que obtuvieron información novedosa sobre cómo se desarrolla el cultivo, sobre cuánto duran sus etapas y sobre cuándo conviene sembrarlo para obtener mayor calidad y rendimiento. “Se lograron rindes muy buenos, de hasta 3.500 kg por hectárea y una calidad apta para exportar. Como referencia, en Colombia /principal productor/ se alcanzan hasta 14.000 kg/ha aproximadamente; en Chile y en Brasil se llega a los 6.000 kg/ha”, dijo.
Y destacó que los resultados de los estudios fueron más que alentadores para que se pueda planificar este cultivo en Tucumán. “Particularmente, en la zona de Famaillá, donde abriría una posibilidad para la economía regional. Incluso en áreas con limitantes productivas”, dijo Quiroga a partir de su tesis de maestría en el área producción vegetal de la escuela para graduados de la Fauba.
De Tucumán al mundo
La llanura deprimida no salina de Tucumán, que abarca una parte de Famaillá, tiene la napa freática muy cerca de la superficie. Cuando llegan las lluvias el suelo se anega y se dificulta trabajarlo. Quiroga señaló que una de las pocas especies que se pueden cultivar allí es la caña de azúcar. “En los últimos años no se obtiene buen precio por el azúcar, y esto perjudica mucho más a los productores con pocas hectáreas. En esa zona, la mayoría posee menos de cinco hectáreas y se encuentra en estado pobreza. La uchuva se podría convertir en un nuevo cultivo para los productores de la llanura”, avizoró.
Añadió que se podría aprovechar la logística de exportación con la cual ya cuenta Tucumán. “La provincia montó un aeropuerto y generó los vuelos para llevar en poco tiempo su producción de arándanos, entre otras berries, hasta las góndolas de Estados Unidos y la Unión Europea”, recordó.
Finalmente, consideró que se debe avanzar en la investigación: “es importante pasar de la parcela experimental al campo de los productores y ver si podemos aumentar el rendimiento que obtuvimos”.
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