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Progresan en el tratamiento de
efluentes industriales tóxicos
 
Argentina Ambiental- 05-03-2020 -
  Nota publicada por: Argentina Ambiental el 05-03-2020

Nota de origen:
Progresan en el tratamiento de efluentes industriales tóxicos
Enviada por: FAUBA , el 05-03-2020

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(SLT/FAUBA) Los sistemas de tratamiento de efluentes
(STE) son fundamentales para disminuir los impactos
negativos de la actividad industrial sobre los cuerpos
de agua. Por ello, las industrias están obligadas a tratar sus desechos líquidos. Dado que los STE funcionan en base a microorganismos, si los niveles de los
compuestos químicos a procesar superan los límites
de toxicidad establecidos, pueden dejar de funcionar.
Un estudio de la FAUBA analizó los compuestos que
ingresan al STE de una planta de bebidas gaseosas de
la cuenca Matanza/Riachuelo y sugirió medidas para
prolongar su vida útil y minimizar los daños ambientales. Los investigadores explican los fundamentos de un
sistema de tratamiento de efluentes.
“Las industrias liberan efluentes al ambiente. Para que
esos vertidos sean lo menos nocivos posible para los
cuerpos de agua dulce, se los debe mantener dentro de los niveles de oxígeno, conductividad, sólidos
y otros parámetros que establece la ley. Por eso, los
establecimientos deben implementar sistemas de tratamiento de efluentes, que funcionan mejor o peor —y,
por ende, producen más o menos contaminación— según los efluentes que reciban para procesar”, dijo María Lourdes Landoni, Licenciada en Ciencias Ambientales (FAUBA) y autora de la tesis de grado que sirvió de
marco para el estudio.
Los resultados de Landoni —quien fuera dirigida en
su tesis por Martha Bargiela, profesora de la FAUBA—
mostraron que la industria de bebidas gaseosas producía compuestos químicos que superaban los valores
mínimos establecidos. “Primero, determinamos que la
planta usaba en total 153 productos e identificamos
cuáles se descargaban al STE. Después, evaluamos
en laboratorio la toxicidad de 41 de ellos y vimos que 8
eran críticos; básicamente, lubricantes, desinfectantes,
productos para lavar instalaciones y botellas de vidrio, y
tintas para rotular envases. De los ocho, cinco superaron
el límite de toxicidad durante todo el semestre evaluado”.
Lourdes explicó a Sobre La Tierra que, en función de
esos hallazgos, se le planteó a la industria una metodología de gestión temprana de productos químicos.
La propuesta se centró en reducir el consumo de tales
productos en la planta. “La industria evaluada comenzó
a adoptar nuestras propuestas en 2019. Con este manejo previo, la carga tóxica del líquido que entra al STE
disminuyó, lo cual ayuda a mantener la buena salud de
los microorganismos encargados de la detoxificación”.
En este sentido, añadió: “El objetivo último es obtener
aguas residuales lo más biodegradables que sea posible. Esto permitirá asegurar la confiabilidad del proceso de depuración de aguas y que se cumpla la normativa vigente”.
Para Landoni, las industrias deben asumir un
compromiso permanente de producir minimizando los
impactos ambientales de su actividad
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¿Cómo funciona un STE?
“Hay varios sistemas de tratamiento. En el caso que
estudiamos se trataba de un sistema aeróbico. Es decir
que en una parte del STE hay microorganismos que
dependen del oxígeno para desarrollarse, y mientras
se desarrollan consumen los compuestos químicos
que le llegan de la planta industrial”, explicó Landoni.
La investigadora resaltó que cuando las industrias ponen en funcionamiento un STE desde cero, inoculan por
única vez sus reactores aeróbicos con un barro rico en
microorganismos. Luego, según el tipo y la toxicidad de
los efluentes que lleguen al sistema de tratamiento, algunos de esos microorganismos se adaptarán y sobrevivirán, y otros no. Por lo tanto, cada industria en particular genera en su STE una flora microbiana específica.
Y agregó: “Después de que los microorganismos actúan, los líquidos —ya con una carga menor de sustancias orgánicas— siguen su camino por el sistema de
tratamiento, donde se los filtra y decanta. También se
separan y deshidratan los barros en suspensión. Al final del proceso, se toman las muestras reglamentarias
del líquido y se lo vierte al Riachuelo. Una parte de esa
agua recuperada no se descarta, sino que se usa en
limpieza de pisos y equipos, y en las partes internas de
las torres de enfriamiento.
“Por eso, es básico mantener el sistema en buen estado. Si de repente los líquidos que llegan al STE son
demasiado tóxicos, se pueden llegar a perder los microorganismos. Además de generar posibles impactos
negativos para el ambiente, un shock químico severo
puede producir la pérdida completa de los lodos activados. Esto implica parar la planta para vaciar los reactores aeróbicos y re/inocular los mismos con barros activados importados. Esta maniobra implica incurrir en
costos altísimos para la industria”, puntualizó Lourdes.
En laboratorio se analizó el tipo y la toxicidad de 41
productos químicos que se empleaban en la planta de
bebidas gaseosas, y se determinó si cumplían con la
normativa vigente
En piletones aeróbicos /es decir, en presencia de
oxígeno/ se reduce la carga orgánica del efluente
mediante la acción de microorganismos
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Barro, tal vez
Landoni se refirió a los controles y a la legislación vigente. “La planta industrial que estudiamos recibe
monitoreos diversos, ya sea desde CABA como de la
provincia de Buenos Aires y de la Nación. Por ejemplo,
recibe técnicos de AySA, del Ministerio de Ambiente y
de ACUMAR, que es la Autoridad de Cuenca Matanza
Riachuelo. ACUMAR vigila el cumplimiento de la Ley
de la Cuenca Matanza/Riachuelo 26.168/2006”.
La investigadora destacó que la cuenca MatanzaRiachuelo fue el sumidero cloacal de Capital Federal
durante los últimos 100 años. Hoy, es la cuenca fluvial
más contaminada de la Argentina. Según el Ministerio
de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, se
estima que en total existen 4000 industrias radicadas
en las márgenes medias e inferiores de la cuenca, que
aportan efluentes con altas cargas orgánicas y tóxicas.
“Independientemente de que no hay mucha más normativa más allá de la Ley 26.168/2006, lo importante es
la forma en que cada industria elija trabajar. Es decir, el
compromiso de producir teniendo en cuenta el impacto
ambiental debe ser asumido diariamente. Aunque muchas ya hicieron el cambio de chip, todavía queda una
cantidad que deben ajustar sus procesos productivos.
Claramente, no se puede producir a costa de afectar la
salud y el ambiente”, concluyó Landoni.
Fuente: SLT – Servicio de Prensa y Divulgación Científica y
Tecnológica
http://sobrelatierra.agro.uba.ar/progresan/en/el/tratamientode/efluentes/industriales/toxicos/