Los suelos considerados negros son aquellos que poseen un horizonte ancho superficial de color oscuro, los cuales son puestos a producir bajo estándares elevados de exigencia debido a su riqueza. Esa intensidad de manejo hace que sean más proclives a sufrir procesos de aguda degradación.
Además, debido a que retienen grandes cantidades de carbono almacenado, los suelos negros pueden transformarse en grandes fuentes de emisión si no son bien manejados.
La tonalidad de este tipo de suelos varía de marrón a negro por su elevado contenido de humus, presentando una gran saturación en las bases –posee más calcio, potasio, magnesio y sodio–.
A pesar de que juegan un papel fundamental en la producción de alimentos, los suelos negros ocupan sólo el 7% de la superficie mundial. En la Argentina, en cambio, representan el 34% de la superficie total.
Por ese motivo, es fundamental que se impulse su conservación y uso sustentable. Con ese objetivo, se creó la Red Internacional de Suelos Negros (INBS, por sus siglas en inglés) durante el simposio global de carbono orgánico realizado en marzo de 2017, del cual participaron autoridades de Argentina, Brasil, China, Estados Unidos y Rusia.
La idea de la INBS es discutir problemáticas en común en cuanto a la conservación y el manejo sustentable de los suelos, así como impulsar acciones entre esos cinco países que permitan reconocer oportunidades y necesidades en materia de investigación.
