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Conservar la naturaleza y plantar bandera  
Mundo Político- 08-12-2022 -
  Nota publicada por: Mundo Político el 08-12-2022

Nota de origen:
Áreas protegidas: Conservar la naturaleza y plantar bandera
Enviada por: FAUBA , el 12-12-2022

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“En general, las áreas protegidas se vinculan a la conservación de ecosistemas, su flora y fauna. En este sentido, siempre me llamó la atención cómo los distintos países deciden qué zonas proteger y cuánta superficie incluir. Por ejemplo, en otros estudios observé que
la Argentina tiene gran parte de sus áreas protegidas en zonas de frontera. Esto sugiere que también hay intereses geopolíticos estratégicos involucrados”, explicó Germán Baldi, docente de la Especialización en Teledetección y SIG de la Escuela para Graduados (FAUBA).


Baldi, quien también es investigador en el Instituto de Matemática Aplicada San Luis (UNSL/CONICET), señaló que hay pocos trabajos que analizan las características de los países que más y que menos declaran áreas protegidas a nivel mundial. “¿Conservan más los países más grandes y poderosos o los más chicos y en vías de desarrollo? Para eso, abarqué factores como el tamaño de los Estados, su riqueza y su poderío militar, entre otros, y el porcentaje de la superficie que protegen”.


“Encontré que el tamaño y la riqueza son variables fundamentales. Los países con mayor tamaño y PBI protegen menos superficie terrestre que los más pequeños y pobres. Países como Rusia y Estados Unidos conservan menos que países como Liechtenstein y Santo Tomé y Príncipe —6,6%, 9,4%, 14,1% y 30,0%, respectivamente—. Ninguno de los 20 países con mayor PBI alcanza el 17% de protección que sugieren los tratados internacionales. Por su parte, de los 20 países con menor PBI, seis países sí lo hacen”, destacó Baldi a partir de un estudio publicado en la revista científica Journal for Nature Conservation.


Al analizar los resultados, el investigador afirmó que una de las posibles explicaciones es que quienes establecen las normas internacionales no necesariamente las cumplen. “En general, los países más poderosos son los que establecen valores de conservación deseables. Entonces, los países más chicos o medianos deben cumplir para que se los reconozca a nivel global y hasta para recibir financiamiento de las entidades internacionales”.


Plantar bandera


Cuando Germán Baldi observó el nivel de protección de los océanos, halló que la relación era inversa a la terrestre. “Los países más grandes y poderosos son los que más protegen. Países como Estados Unidos o Gran Bretaña, que tienen menos de 10% de área terrestre protegida, conservan hasta un 50% de su área marina y cada vez incorporan más hectáreas”.


En este marco, Germán se preguntó cuáles podían ser las raíces de esa diferencia y sugirió que las AP marinas actúan como factores geopolíticos fundamentales. “Cuando conservamos los océanos, también les ponemos una etiqueta. Al mirar mapas, los mares son europeos o norteamericanos. Así, esta herramienta de conservación de la naturaleza también sirve para revalidar soberanía sobre ciertas áreas y, al mismo tiempo, regular su uso productivo y circulación, y asegurar la futura provisión de sus bienes y servicios ecosistémicos”.


Múltiples intereses


A partir de ambos estudios, Baldi apuntó a que a la hora de establecer una AP, entran en juego factores que no suelen ser de público conocimiento. “No cuestiono la importancia de las áreas protegidas, son las herramientas más importantes de conservación de los recursos naturales y la diversidad biológica. Sin embargo, creo que es necesario tener en cuenta que su efectividad puede depender de otros elementos que desconocemos”.


“Por ejemplo, los países pueden decidir desafectar un área protegida, o achicarla, si surge la necesidad de utilizarla. En superficies continentales sucede. Los países más grandes y ricos son los que más desafectan. Hay casos emblemáticos en los Estados Unidos y en Brasil. En áreas marinas no es tan común, pero hay que prestar atención a los recursos pesqueros o petrolíferos que poseen”, advirtió.