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No es trigo ni es cereal, pero resulta que este cultivo medio trucho tiene un gran potencial y por eso captó la atención de investigadores de la UBA  
Agro Rural Noticias- 28-11-2023 -
  Nota publicada por: Agro Rural Noticias el 28-11-2023

Nota de origen:
Trigo sarraceno: Un pseudocereal nutritivo en crecimiento
Enviada por: FAUBA , el 27-11-2023

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Resulta que el denominado “Trigo sarraceno” no es ni trigo y ni siquiera es un cereal. Un informe de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) lo denomina como “un pseudocereal” que de todos modos tendría mejores propiedades alimenticias que los cereales verdaderos. Como sea, ese cultivo busca tener un lugar en el país.

Resulta que el denominado “Trigo sarraceno” no es ni trigo y ni siquiera es un cereal. Un informe de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) lo denomina como “un pseudocereal” que de todos modos tendría mejores propiedades alimenticias que los cereales verdaderos. Como sea, ese cultivo busca tener un lugar en el país. y por eso la universidad pública está generando información agronómica clave para su manejo.

“Lo llaman trigo (buckwheat en inglés), y aunque no es un cereal, sus propiedades nutricionales superan a las del trigo, la cebada o la avena. Numerosos países del mundo lo producen, pero en la Argentina aún no se difundió debido, sobre todo, a la escasez de información básica para cultivarlo”, dice una nota publicada por el medio de divulgación científica Sobre la Tierra destinada a contar las andanzas de un grupo de investigación que está generando ese tipo de conocimientos.

¿Qué tipo de información aporta este trabajo? Pues trata de responder en qué regiones se puede realizar el trigo sarraceno, cuándo sembrarlo para optimizar el rendimiento o cómo responde a la fertilización nitrogenada. Con todas esta información luego se creó un modelo de simulación llamado “Cronosarraceno” que predice cuándo ocurrirán las distintas etapas de su ciclo de vida.

“El trigo sarraceno o Fagopyrum esculentum es un pseudocereal. ¿Y esto qué significa? En principio, no es un cereal como el trigo, la avena, la cebada o el centeno, que son gramíneas. Pertenece a una familia de plantas llamada Poligonaceas, muy diferente a las gramíneas, lo cual le brinda características particulares”, afirmó Antonio Guglielmini, docente de Cerealicultura en la Fauba.

Según Antonio, las propiedades alimenticias del pseudocereal son variadas: posee compuestos fenólicos, vitaminas y numerosos componentes orgánicos y minerales. Además, su porcentaje de proteína es similar al del trigo, pero con un valor biológico mayor dado por el aminoácido esencial lisina, ausente en el cereal. Además, al no tener gluten resulta apto para celíacos, quienes lo pueden consumir en panificados, fideos, galletitas o flakes.

“Por esas razones empezamos a estudiar el trigo sarraceno, con la idea de ver tanto su ‘funcionamiento’ en diferentes regiones del país, como también cuestiones vinculadas al rendimiento y la calidad”, puntualizó el docente, y añadió que la poca información agronómica disponible sobre el cultivo fue un estímulo para comenzar a generarla.

Guglielmini explicó: “Trabajamos en diferentes escalas, desde el campo hasta la computadora. Los experimentos en los campos abarcaron un rango amplio de latitudes entre Salta y Río Negro, y nos permitieron probar la adaptabilidad del cultivo y registrar mucha información. Pudimos describir todas las etapas del cultivo, cuantificarlas y relacionarlas con variables ambientales como la temperatura y la duración del día”.

“En primer lugar /dijo el especialista/ en 2019 identificamos el período crítico del trigo sarraceno, es decir, el momento del ciclo de vida cuando queda determinado el rendimiento. Es un período muy sensible a los cambios en el ambiente, ya que cualquier adversidad que ocurra, como por ejemplo una sequía o el ataque de una plaga, reduce el rendimiento final”.

Y agregó: “En ese mismo artículo mostramos que dentro del período crítico, el componente del rendimiento que más varía es la cantidad de granos por metro cuadrado. Por otra parte, pudimos describir y cuantificar el ciclo de vida de F. esculentum para todo ese rango latitudinal que mencionaba antes, para un gran número de localidades y de fechas de siembra”.

Guglielmini destacó que la información que surgió de los experimentos fue incorporada al modelo de simulación, que representa de una manera sencilla lo que sucede con el cultivo en condiciones de campo. La herramienta, de acceso libre y gratuito, permite ubicar el período crítico según cómo se comportaría este pseudocereal en diferentes localidades, y prever dónde y en qué fecha sembrarlo para maximizar los rendimientos.

A su vez, Sandra Antequera, docente de la cátedra de Producción Vegetal de la Fauba, profundizó en los resultados de los ensayos que realizó durante dos años en un campo experimental de la facultad y otros realizados en campos de productores del sudoeste de Buenos Aires, también, también incluidos en la publicación del 2023. Sandra estudió el rendimiento del trigo sarraceno en respuesta a la fertilización con nitrógeno.

“Aplicamos tres niveles de nitrógeno: 50 kilos por hectárea (que era el contenido natural del suelo), 75 y 100 kg/ha, y encontramos que ya con 50 kg/ha el cultivo alcanza el rendimiento máximo. Si bien el porcentaje de proteína de los granos aumentó levemente con 75 kilos de N/ha, las dosis mayores no cambiaron ese porcentaje”.

Además de las ventajas ya detalladas, Antonio y Sandra coincidieron en señalar el potencial del trigo sarraceno como una alternativa más dentro de las rotaciones. “Es un cultivo de verano como la soja o el maíz. Es más, funciona bien como cultivo de segunda, después del trigo. Incluso, su ciclo corto le da ventajas ante la soja en lugares como Río Negro o el sur de Buenos Aires, donde las estaciones de crecimiento son breves”, subrayó Antequera.

Sin embargo, la investigadora también observó que aún hay mucho trabajo por delante, y apuntó al mejoramiento genético de la especie.

“Necesitamos nuevas variedades. En la Argentina solo está registrada la Mancan, lo que dificulta investigar las relaciones entre genotipos y ambientes. Por suerte, esto tiene una ventaja, por ahora: como todos siembran Mancan, nuestros resultados tienen un buen impacto”.

Antequera comentó que seguirán estudiando ‘con lupa’ el cultivo. “Queremos determinar qué es lo que hace que el período crítico sea crítico. Hasta el momento sabemos cuándo ocurre, pero desconocemos qué procesos son los que limitan el rendimiento”.

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