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Un invierno seco y frío para el inicio de la campaña fina  
Rural Net- 09-07-2024 -
  Nota publicada por: Rural Net el 09-07-2024

Nota de origen:
Un invierno seco y frío para el inicio de la campaña fina
Enviada por: FAUBA , el 08-07-2024

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La cátedra de climatología y fenología agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) ha informado que las precipitaciones escasas registradas en junio en gran parte del país no han afectado significativamente los niveles hídricos del suelo para la siembra de cultivos invernales. Este fenómeno resulta particularmente relevante en el contexto de un invierno que se espera seco y frío. El informe destaca que la baja demanda evaporativa típica del invierno ha permitido mantener reservas de agua adecuadas, facilitando así el inicio de la campaña fina. Este aspecto es crucial para la emergencia y el macollaje inicial de los trigos sembrados tempranamente.

La docente de la FAUBA, Adela Veliz, ha señalado que, aunque en algunas regiones se ha observado un desecamiento de los primeros centímetros del suelo, otras áreas, como el este de Buenos Aires y La Pampa, han experimentado una mejora en las condiciones hídricas. Este incremento en las reservas de agua en dichas zonas es vital para completar la siembra de cultivos invernales de manera efectiva.

La situación descrita refleja un panorama mixto en cuanto a las condiciones climáticas y su impacto en la campaña fina. Mientras algunas áreas enfrentan desafíos debido al desecamiento superficial, otras se benefician de mejores condiciones hídricas. Esta variabilidad subraya la importancia de un monitoreo continuo y detallado de las condiciones del suelo y el clima para optimizar las prácticas agrícolas y asegurar una campaña exitosa.

En resumen, aunque el invierno seco y frío plantea retos, la baja demanda evaporativa ha jugado un papel crucial en mantener reservas hídricas suficientes. Esto, junto con la mejora en algunas regiones, proporciona un contexto favorable para el desarrollo inicial de los cultivos de invierno, particularmente el trigo, en las zonas donde las condiciones han sido más propicias.
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Evolución del almacenaje de agua en distintas regiones del país

El informe climático de la FAUBA, elaborado por Gastón Sosa, Adela Veliz, Leonardo Serio y María Elena Fernández Long, ofrece un análisis detallado sobre la evolución del almacenaje de agua en el suelo a lo largo de distintas regiones de Argentina. Este análisis es crucial para entender las variaciones regionales en las condiciones hídricas y sus implicancias directas en la agricultura, sobre todo al inicio de la campaña fina.

En Santa Rosa, La Pampa, los datos revelan un contenido de agua en el suelo que, aunque no es óptimo, se considera adecuado para el desarrollo de los cultivos. Esta situación contrasta marcadamente con la de Rosario, Santa Fe, donde se ha observado una disminución notable en el almacenaje de agua desde abril. Este descenso en la disponibilidad hídrica podría acarrear serias implicaciones para la productividad agrícola en la región.

El informe también destaca otros puntos de interés. En el noroeste argentino, las condiciones de sequía continúan siendo una preocupación constante. Las precipitaciones han sido escasas, y la capacidad de retención de agua del suelo se encuentra comprometida. Por otro lado, en la región del Litoral, se observan fluctuaciones más moderadas, aunque se mantiene una tendencia a la baja en el almacenaje de agua.

La FAUBA subraya la importancia de estos datos para los agricultores y las autoridades agropecuarias, ya que permiten la elaboración de estrategias de riego más eficientes y la implementación de prácticas agrícolas que optimicen el uso del agua. Adaptarse a estas condiciones cambiantes es vital para mitigar los impactos negativos sobre los cultivos y asegurar la sostenibilidad del sector agrícola.

En conclusión, el análisis de la evolución del almacenaje de agua en distintas regiones del país pone de manifiesto la variabilidad hídrica a nivel regional y sus posibles consecuencias para la agricultura. La información proporcionada por la FAUBA es una herramienta valiosa para enfrentar los desafíos que presenta un invierno seco y frío al inicio de la campaña fina.

Registros térmicos y su impacto en el paisaje agrícola

Leonardo Serio profundizó en los registros térmicos entre junio y julio, revelando cómo las fluctuaciones de temperatura afectaron el paisaje agrícola. Durante los primeros veinte días de junio, gran parte del territorio experimentó temperaturas inusualmente altas, con algunas localidades alcanzando valores récord. Este fenómeno se atribuyó a una serie de olas de calor que, aunque breves, tuvieron un impacto significativo en el desarrollo inicial de los cultivos de la campaña fina.

A medida que avanzaba el mes, las condiciones climáticas cambiaron de manera drástica. Hacia finales de junio, las temperaturas descendieron abruptamente y se registraron episodios de frío extremo. Estas condiciones persistieron durante los primeros días de julio, creando un entorno desafiante para la agricultura. En particular, los cultivos que habían comenzado a desarrollarse durante las olas de calor se enfrentaron a un estrés adicional debido a las bajas temperaturas subsecuentes.

La alternancia entre temperaturas altas y bajas tiene múltiples implicaciones para la gestión agrícola. Las olas de calor pueden acelerar el crecimiento de ciertas plantas, pero también pueden aumentar la evaporación del agua del suelo, reduciendo la disponibilidad hídrica para los cultivos. Por otro lado, los episodios de frío extremo pueden dañar estructuras celulares y afectar adversamente el rendimiento de las plantas. En este contexto, las estrategias de manejo deben adaptarse rápidamente para mitigar los efectos negativos de estas fluctuaciones térmicas.

En resumen, los registros térmicos entre junio y julio destacan la necesidad de una planificación agrícola flexible y bien informada. Los agricultores deben estar preparados para enfrentar tanto olas de calor como episodios de frío extremo, ajustando sus prácticas de riego, fertilización y protección de cultivos para optimizar el rendimiento agrícola en un clima cada vez más variable.

Proyecciones climáticas para la primavera y el fenómeno de La Niña

La proyección climática para la primavera de este año se basa en la temperatura superficial del océano Pacífico ecuatorial, un indicador que juega un papel crucial en la determinación del clima global. Según el pronóstico oficial del fenómeno El Niño/Oscilación del Sur (ENOS), hay una probabilidad del 50% de que La Niña se manifieste durante la primavera, incrementándose a un 58% para el trimestre noviembre/enero. Este fenómeno climático puede tener consecuencias significativas en las condiciones meteorológicas de diversas regiones del mundo, incluida Argentina.

Las precipitaciones previstas para el periodo julio/septiembre se anticipan inferiores al promedio en todo el país, con especial énfasis en el norte de Mesopotamia y el sur de la Patagonia. Esta reducción en las lluvias puede impactar de manera notable en la agricultura y la disponibilidad de agua, factores críticos considerando la importancia de estos recursos para la economía y el bienestar general.

En cuanto a las temperaturas, se espera que las temperaturas medias superen los valores normales en el norte de Argentina. Estas condiciones más cálidas pueden influir en la dinámica de cultivos y la fauna local, así como en el consumo energético. Por otro lado, en el resto del país, prevalecerán condiciones más frías, lo que podría afectar la vida cotidiana y las actividades económicas, especialmente en sectores vulnerables al frío intenso.

En resumen, la combinación de una posible manifestación de La Niña y las proyecciones de precipitaciones y temperaturas presenta un panorama complejo para la primavera. La planificación y adaptación a estas condiciones serán esenciales para mitigar los impactos negativos en la agricultura y otros sectores críticos.