Información clasificada por www.sintesisagraria.com
  Gacetillas FAUBA La FAUBA en los medios Archivo  
Un safari de tecnología  
Clarín- 22-05-2010 -
  Nota publicada por: Clarín el 22-05-2010

Nota de origen:
Africa: el nuevo mercado para la maquinaria argentina
Enviada por: Expoagro , el 03-06-2010

Esta noticia ha sido difundida por las siguientes agencias:
Info Citrus - El Litoral - - El Litoral - - Prodiario - Agrositio - Agro Federal - Conciencia Rural - FyO - ON 24 - En el pago - Más Producción - Sunchales Hoy - Multimedio SG - Agro Portal - Info 341 - Examedia - Sin Mordaza -

Consulte esta noticia en el sitio que fue publicada

Gastón Neffen
Especial para Clarín Rural.

Las 28 empresas de maquinaria agrícola argentina que hasta ayer participaron de la Nampo 2010 (aquí, en Bothaville, Sudáfrica), la muestra agropecuaria más grande de África, cruzaron el Atlántico porque ven en esta región dos muy buenas oportunidades: transferir tecnología a la agricultura sudafricana, que está comenzando a explorar el paradigma de la siembra directa, y aprovechar este mercado "trampolín" para llevar "los fierros" nacionales al resto del continente africano.

La Argentina comenzó a exportar maquinaria a Sudáfrica hace cinco años. En el 2009, las ventas superaron los 4 millones de dólares, y ya hay empresas con distribuidores consolidados y operaciones crecientes. Por ejemplo, Akron colocó más de 120 embolsadoras y extractoras de granos en los últimos 4 años, Apache vendió 15 sembradoras en un año y medio, y Metalfor cerró operaciones por 15 pulverizadoras en los últimos 15 meses.

"La meta para los próximos cinco años debería ser triplicar las exportaciones a este país y vender maquinaria por 15 millones de dólares cada año", proyecta Mario Bragachini, experto del INTA en agricultura de precisión, ante la consulta de Clarín Rural en plena muestra. Esto implica "capturar" el 15% de las importaciones sudafricanas de maquinaria agrícola, un mercado que mueve 300 millones de dólares anuales, y consolidar la cabeza de playa para entrar a Botswana, Zimbawe, Nigeria y Angola, entre otros destinos posibles. "Para eso es fundamental tener continuidad, estabilidad y presencia aquí", señala Eugenio Schlossberg, gerente general de Expoagro.

No es un desafío sencillo, pero los argentinos ya están lanzados en ese sentido. La principal barrera es la "cultura" productiva conservadora de "los boers" (los "farmers" sudafricanos), que se pasean por la Nampo con pantalones cortos y botas, acompañados por toda su familia. "Es un trabajo de hormiga, que supone cambiar una tradición agrícola muy arraigada", explica Oscar Busan, responsable de Comercio Exterior de Mainero. "Hay que plantar bandera educando a los productores", agrega, ahí cerca, el Ing. Cristiano Cassini (del INTA). Se estima que en este país sólo se hacen en directa entre el 10 y el 15 por ciento de los cultivos.

Entonces, la necesidad de explicar las ventajas de la siembra directa frente a la labranza convencional fue uno de los ejes centrales de la misión argentina en la Nampo, que fue organizada y articulada a partir del trabajo asociado de Expoagro, el INTA, la Fundación Expor.Ar y la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma). La mejor estrategia para "pelear" este mercado es jugar en equipo y con una estrategia común. Por eso también viajaron representantes de los gobiernos de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, del Cluster Empresarial Cideter de Maquinaria Agrícola y de Aapresid. La misión contó con el apoyo, también, del Standard Bank (que tiene su casa matriz en Sudáfrica), el Banco de la Provincia de Buenos Aires y Ternium Siderar.

En el auditorio del pabellón argentino, que en total ocupó 600 metros cuadrados, Cassini y Roberto Peiretti (de Apresid) ofrecieron charlas sobre las características del modelo productivo argentino y la posibilidad de aplicarlo a Sudáfrica. "Es uno de los países que mejor se adapta a nuestra tecnología porque estamos en la misma latitud", destaca Cassini. "Aquí hay un escenario muy propicio para el desarrollo de la siembra directa, porque la disponibilidad de agua es la gran limitante", coincide Alejandro Clot, gerente técnico y comercial de Expoagro.

Las empresas que mejor se posicionaron en este mercado entraron con el pizarrón y el power point debajo del brazo (para explicar el concepto de la SD), y sumaron las jornadas demostrativas a campo y algunas alianzas con un importador confiable. "El primer paso es hacer docencia; hicimos 70 charlas con los productores", cuenta Fernando Porcel, de Apache. Después es fundamental mostrar el "fierro" en acción. "Hicimos demostraciones en cuatro regiones distintas de Sudáfrica", cuenta José Cisneros, de Metalfor. Para fortalecer este punto, el INTA está buscando financiamiento para armar un campo demostrativo de la maquinaria agrícola argentina en Sudáfrica. "La idea es poder concretarlo antes de fin de año", adelantó Cassini.

Conseguir un buen distribuidor es indispensable para terminar de hacer pie. En esto estuvieron trabajando Víctor Juri (de la fábrica de sembradoras del mismo nombre), Alejandro Bertoldi (de comercio exterior de Richiger) y Daniel Scarpeccio (de Super Walter). "Es que hay que asegurar los repuestos, la logística y todo lo que es atención al cliente", explica Juri, quien estaba muy contento por la cantidad de contactos que se llevó de la Nampo. "La verdad es que si no mostrás seriedad, y en eso el rol del importador es fundamental, el camino es muy corto", señala Scarpeccio.

Un caso interesante es el de Danie Oosthuysen, un sudafricano que se asoció con dos rosarinos (Julián Apaz y su padre) para representar en Sudáfrica a Mainero, Apache y Abelardo Cuffia. Oosthuysen también es productor y probó en sus lotes la agricultura "Made in Argentina".

Le contó a Clarín Rural que pasó de lograr rindes de soja que no llegaban a los 2.000 kg por hectárea a superar los 3.600. Este es uno de sus principales argumentos de ventas.

En la región de Kwazulu/Natal (las antiguas tierras del famoso lider tribal Shaka Zulu) los rindes de maíz, el principal cultivo de Sudáfrica (10 millones de toneladas anuales), están alcanzando los 80 quintales por hectárea con siembra directa. Es una diferencia importante para un país que históricamente tiene un promedio bajo, de 4.000 kg por hectárea.

Probablemente, este termine siendo el factor decisivo de cambio (el efecto contagio que generan los productores líderes) y logre ensanchar la puerta para que "los fierros" y la agricultura "estilo argentino" sigan creciendo en un continente que necesita producir más alimentos para mejorar la calidad de vida y las oportunidades de su gente.t