| La soja argentina ante el nuevo desafío europeo |
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Desde diciembre de 2025, la Unión Europea dejará de comprar soja que provenga de campos deforestados después de 2021. Esta medida, parte del nuevo reglamento europeo sobre productos libres de deforestación, podría tener un fuerte impacto sobre el principal complejo exportador argentino. Lee además La soja enfrenta un clima desafiante, pero con grandes expectativas. Siembra La soja 2025/26 arranca con entusiasmo, agua y mejor tecnología El picudo más dañino para la soja llegó a Córdoba. Alerta El picudo negro avanza sobre la soja en Córdoba
La soja constituye la principal fuente de divisas y genera el mayor valor agregado a la economía de Argentina. De los 50 millones de toneladas de soja que Argentina produce por año, el 80% se industrializa en forma de harina, aceite y biodiésel. Del total exportado, el 20% tiene como destino la Unión Europea. Publicidad
La Comisión Europea ha calificado a Argentina como un país con riesgo de deforestación "estándar" o "medio". Por ello, el país debe cumplir con las disposiciones del nuevo reglamento, ya que, de no hacerlo, se podría perder un mercado de 4.000 millones de dólares anuales. ¿Será posible la adaptación de la soja?
Las empresas exportadoras argentinas deben demostrar el origen libre de deforestación de su producción de soja. Para lograr esto, tendrían que contratar servicios que lo comprueben, utilizando herramientas como auditorías externas, imágenes satelitales o nuevas infraestructuras.
Un estudio de la FAUBA determinó que los costos adicionales de adaptación para los exportadores son bajos, oscilando entre 1,28 y 4,20 USD por tonelada de soja. Estos valores son mínimos si se los compara con el precio internacional de la materia prima, que se encuentra en torno a los 400 dólares.
Los costos de adaptación varían significativamente dependiendo de si los exportadores actúan de forma colectiva o individual, y del volumen de soja que certifiquen como libre de deforestación.
El escenario más eficiente, y el de menor costo adicional (1,28 USD/tonelada), se daría si los exportadores actuaran de forma conjunta (como ya lo hacen a través de la plataforma VISEC) y comercializaran el 100% de la soja como libre de deforestación, sin importar el destino final.
En el contexto de adaptación, los productores de productos libres de deforestación podrían beneficiarse, llegando a recibir al menos 0,75 USD por tonelada. Solo considerando las exportaciones dirigidas a Europa, este sector podría obtener más de 5 millones de dólares extra cada año. Tendencia global
El agro argentino ya ha demostrado previamente su capacidad de adaptación, cumpliendo con exigencias similares en el mercado de biodiésel desde el año 2008.
Esta tendencia es global, con Estados Unidos, China y el Reino Unido discutiendo políticas similares que aplicarán a la soja, así como a otros productos libres de deforestación, como la carne bovina, la madera y la pulpa. Lejos de ser una barrera comercial, estas exigencias representan oportunidades para que el agro de la Argentina se posicione en mercados diferenciados y más demandantes |
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