| Las lecciones de historia de Otto Solbrig |
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Empieza el llanto, de la guitarra. Se rompen las copas, de la madrugada. Empieza el llanto, de la guitarra. Es inútil callarla. Es imposible, callarla…” La voz de Otto Solbrig recitando el poema La Guitarra, de Federico García Lorca, sirvió como inicio y para mostrar que sus reflexiones tenían más que ver con filosofía y política que con biología. Mordaz e incisivo, repasó, en una jornada que fue casi un homenaje, organizada por la fundación Darse Cuenta, sus 80 años como biólogo destacado en los laboratorios, pero preocupado por su país y el bienestar del mundo.
“Mi madre solía decir que le gustaría volver a vivir pero sabiendo cómo fue la primera vida, para de esa manera no cometer los mismos errores. Pero el mundo que nos rodea está en constante flujo y aunque pudiéramos volver a vivir las experiencias del pasado serían de limitado uso en el nuevo mundo en que viviríamos. El mundo físico y las personas van cambiando, adquiriendo nuevas experiencias, resolviendo problemas y adquiriendo otros. Pero nosotros no nos damos cuenta hasta más tarde, generalmente cuando es demasiado tarde”.
Desde su nacimiento el 21 de diciembre de 1930, Solbrig vivió muchos cambios y sus logros demuestran que supo escuchar a su madre y “Darse Cuenta” a tiempo. Y los años vividos le dan potestad para decir algunas de sus verdades, aunque no a todos caigan simpáticas: u “No pretendo tener la clave para resolver los problemas del país, nadie la tiene; aunque los políticos creen que sí. Los que creen tener la solución de todos los problemas son las personas más peligrosas. Son los Stalin, los Hitler, los Tirofijos, esa gente está convencida que sabe de todo”.
u “Cuando ingresé a la Facultad de Agronomía de La Plata había sólo 7 universidades en el país, y todas ellas estatales. El programa de la Facultad constaba de 35 materias, 7 por año. Con pocas excepciones, los profesores leían aburridamente las materias y sólo una minoría de los alumnos concurría a las clases. En la cátedra de Botánica, en 1950, el profesor no sabía lo que era el DNA”.
u “Esta situación era en gran parte el resultado de la expulsión de algunos de los mejores investigadores por haber ejercido la libertad de palabra después de la asunción de Perón al poder en 1946. Por ejemplo, el ingeniero Salomón Horovitz, brillante genetista de maíz, fue expulsado por pertenecer al Consejo Superior de la Universidad sin importarle a nadie que estaba por lanzar una variedad de maíz resistente a la langosta que habría ahorrado al país millones de pesos”.
u “La Universidad y el país en esos años perdieron no sólo algunos de sus mejores profesores e intelectuales, sino también a muchos de sus estudiantes más brillantes”.
u “Cuando se produjo la crisis de 1930, al país le faltaba una fuerza democrática de derecha. Al carecer de una fuerza política, los conservadores se apoyaron en el Ejército para recuperar el poder, iniciando un proceso antidemocrático que nos costó 50 años de desarrollo económico y que nos atrasó científica y culturalmente”.
u “La Argentina, que en 1930 estaba en la elite de las naciones del mundo, pasó a ser una Nación del montón, lo que todavía nos cuesta aceptar”.
u “No sólo las elites conserva/ doras fallaron en la posibilidad de encauzar al país. Perón tampoco se dio cuenta de que la Segunda Guerra Mundial había creado un nuevo mundo más abierto con enormes posibilidades para un país agroexportador”.
u “Mal aconsejado por Prebisch, cuyo análisis de los términos de intercambio era técnicamente errado y su teoría del desarrollo independiente también resultó falsa, Perón adoptó el modelo de desarrollo por sustitución de importaciones y de esa manera se negó la gran oportunidad de crecer abriendo la economía, como hicieron los japoneses o los coreanos”.
u “El programa de sustitución de importaciones no sólo empobreció al país, sino que creó una casta de industriales dependientes del Estado y el sistema clientelista se nutría del campo, el único sector que exportaba y era competitivo”.
u “Frondizi y Frigerio eran bienintencionados pero seguían manteniendo la Teoría de la Dependencia y tratando de crear un país autárquico en momentos en que la clave del desarrollo estaba en abrir la economía, como hizo Japón”.
u “Cuando ingresé al departamento de Genética de Berkeley (California), la agitación era enorme. Había nacido un nuevo paradigma biológico y nosotros compartíamos el progresismo”.
u “En 12 años ascendí de estudiante de la Facultad de La Plata a profesor titular de Biología en Harvard, una de las universidades más prestigiosas del mundo. El comentario de mi mamá fue: ‘Perón te hizo un gran favor’”.
Desde hace 30 años, Solbrig se reúne mensualmente con sus amigos para leer un libro y discutirlo. Mientras mostraba una foto de uno de esos encuentros, hizo sus dos últimos comentarios de la tarde: “Les recomiendo tener amigos y trabajar con gente joven. Lo que más satisfacción me da es enseñar, y trato de interactuar con gente joven”.
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