MAYOR CONTROL A LA HARINA |
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Las enfermedades que afectaron en la campaña pasada al trigo, como fusarium, son tóxicas para las personas. Docentes de la FAUBA recomiendan hacer “una evaluación minuciosa” de todas las harinas.
Daniel Miralles, docente e investigador de la cátedra de Cerealicultura de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), advirtió sobre la necesidad de reforzar los controles de sanidad sobre las harinas que se comercializan actualmente, luego de una campaña que en 2012 no sólo afectó al rendimiento de los cultivos, sino también a la calidad, por el ataque de enfermedades como fusarium. “Este hongo es tóxico para el consumo humano”, advirtió.
Miralles afirmó que la campaña de trigo de 2012 fue una de las más afectadas por fusarium de las últimas décadas. Además de la fuerte caída de la superficie de siembra y de los rendimientos, se obtuvo “una calidad que debe haber sido la peor de los últimos 10 o 15 años”, debido a que las fuertes lluvias que cayeron durante los períodos críticos del ciclo del cultivo promovieron la presencia de enfermedades”.
Este exceso de humedad propició la aparición de enfermedades, principalmente la fusariosis o golpe blanco de la espiga, causada por el hongo Fusarium graminearum, que afectó en mayor medida al centro y norte de Buenos Aires, con pérdidas superiores al 50% de la producción.
“El fusarium genera toxinas, siendo la de mayor importancia una vomitoxina llamada deoxinivalenol (o toxina DON). El consumo de este tipo de toxina puede conducir a la pérdida de peso, vómitos, diarrea, anemia y otros síntomas. A nivel internacional, el máximo de toxina DON permitido en las harinas para consumo humano es de 1 ppm”, explicó Miralles. |
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