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Noticia Ampliada |
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La siembra directa no provoca inundaciones |
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18/08/2015 | Ambito Financiero |
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La presidenta de la
Asociación Argentina de Productores, María Beatriz Giraudo, rechazó ayer
que la siembra directa tuviera alguna vinculación con las inundaciones,
al argumentar que amortigua la caída de agua
De ese modo, la dirigente ratificó la postura del sector y aseguró:
"La siembra directa ayuda al suelo, mejora el cuidado del agua".
En declaraciones radiales insistió en que "amortigua cuando cae el agua
y hace que penetre lentamente, lo cual permite que actúe casi de manera
natural". Así lo sostuvo tras las acusaciones del jefe de Gabinete,
Aníbal Fernández, quien había culpado a la siembra directa por las
inundaciones en Buenos Aires y en Santa Fe y luego dio marcha atrás a
causa de una reunión con representantes del sector. "Fue un error de
concepto que tenían desde el Gobierno; la siembra directa ayuda al
suelo, mejora el cuidado del agua", subrayó Giraudo.
Desde la Facultad de Agronomía de la UBA también sostuvieron que la
siembra directa no favorece las inundaciones, sino que, por el
contrario, ayuda a evitar la erosión del suelo que se da con la labranza
tradicional. Haydee Steinbach, directora de
la Especialización en Manejo de Suelos y Cultivos en Siembra Directa de
la Facultad de Agronomía de la FAUBA, explicó: "Antes de la década de
1970, la preparación de la cama de siembra se realizaba laboreando el
suelo (con arado de reja y vertedera o disco, por ejemplo). En la Región
Húmeda esto provocaba que ante fuertes lluvias se sellara el suelo y se
desatara la erosión hídrica, arrastrándolo a los cursos de agua. En
zonas más áridas quedaba expuesto a la acción del viento, provocando la
erosión eólica. La erosión produce pérdidas de materia orgánica y
nutrientes". De este modo, la técnica de
siembra directa se expandió rápidamente entre los agricultores
argentinos. "Si bien los primeros trabajos de investigación realizados
por el INTA datan de la década de 1960, aquí comenzó a difundirse
masivamente a partir de 1996", recordó Steinbach.
Hoy entre el 80% y el 90% de la superficie sembrada con cultivos de
grano en la Argentina se realiza con este sistema. "Somos uno de los
países que más hectáreas maneja con esta técnica conservacionista,
detrás de Estados Unidos y Brasil", apuntó Carina Álvarez, docente e
investigadora de la cátedra de Fertilidad y Fertilizantes de la FAUBA.
Álvarez destacó que con la implementación de la labranza cero mejoró la
situación: "Trabajos científicos demuestran que la siembra directa
ayudó a controlar la erosión hídrica y eólica del suelo, a conservar el
agua (fundamental para el crecimiento de los cultivos), a disminuir el
consumo de combustible y los tiempos operativos, y a aumentar los
niveles de materia orgánica". Sin embargo,
advirtió que aún quedan tareas pendientes porque hay prácticas
agronómicas que no se realizan de manera correcta y que siguen afectando
al ambiente: "Deberíamos hacer cultivos que dejen más residuos (como el
maíz) y doble cultivos (trigo/soja), porque el monocultivo de soja deja
muy poco residuos en el suelo que lo protejan de la erosión".
Según las investigadoras de la FAUBA, la siembra directa no tiene
relación con las inundaciones actuales. "Lo que estamos viviendo es
causa de las altas precipitaciones, muy superiores a las normales
(inclusive son picos históricos) concentradas en período corto de
tiempo. La capacidad de almacenaje de los suelos, que es un real
amortiguador del escurrimiento del agua, está colmatada", aseguró. Como
contrapartida, afirmó que la siembra directa, incluso, estaría evitando
que se genere un problema mayor porque permite bajar la velocidad de
escurrimiento del agua, cuando se combina con los residuos que deja
sobre el suelo el cultivo anterior. "Si tuviéramos labranza
convencional, sumaríamos a las inundaciones actuales un problema de
erosión hídrica", consideró. La siembra
directa, también denominada labranza cero, fue desarrollada en la década
de 1930 por científicos de la Universidad de Michigan para resolver los
fuertes problemas de erosión que existían en ese país. Sucede que
después de muchos años de agricultura manejada bajo labranzas con arados
de reja, los suelos habían quedado expuestos a la acción del viento y
se volaban ante la aparición de la primera sequía.
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