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Así lo determinó un estudio elaborado por la Fauba y el Inta Rafaela.
También mejora notoriamente la eficiencia. Un modelo que reduce el
estrés calórico con baja inversión.».
A través de inversiones de bajo
costo y fácil implementación, los tambos pueden enfrentar uno de los
factores ambientales que más suele incidir en la producción de su rodeo
durante los meses estivales: el estrés calórico.
Según un
estudio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires
(Fauba) y el Inta Rafaela, que incluyó ocho años de ensayos a campo,
refrescar a las vacas con aspersores y ventiladores puede mejorar un 15
por ciento su producción de leche, así como también la eficiencia de
conversión del alimento balanceado.
Jorge Ghiano, egresado de
la Maestría en Producción Animal de la Escuela Para Graduados (EPG) de
la Fauba y profesional del INTA, estuvo a cargo de las investigaciones
en el marco de su posgrado y recordó que los animales sufren las altas
temperaturas como los humanos, pero los bovinos de leche, capaces de
producir hasta 70 litros diarios, tienen mayores requerimientos y están
aún más expuestos a los efectos del calor.
Para ilustrarlo,
señaló: “Cuando las personas estamos en reposo, emitimos un calor
constante equivalente al de una lamparita de 100 watts. En cambio, una
vaca lechera libera al ambiente un calor proporcional a 17 de esas
lámparas. Además, en verano la vaca recibe otras 16 lamparitas de 100
watts sobre su cuerpo por la radiación solar, con lo cual debería
disipar constantemente el calor equivalente al emitido por unas 33
lamparitas de 100 watts”.
Efectos
En este contexto,
los bovinos cuando están estresados no producen lo deseado, bajan el
consumo de alimentos y deprimen su sistema inmunológico, con lo cual
quedan expuestos a afecciones que no le permiten expresar su potencial,
además de sufrir un obvio disconfort.
Bajo este escenario,
Ghiano evaluó distintas alternativas para mitigar el estrés calórico,
con el uso de refrigeración. Los ensayos se llevaron a cabo en el INTA
Rafaela con animales que atraviesan su primer tercio de lactancia. Se
Investigaron parámetros asociados a la producción y la composición de la
leche, sobre aspectos como la cantidad de sólidos, grasa y proteína.
Además se estudiaron aspectos vinculados con el confort y de bienestar
animal como la temperatura rectal, la frecuencia respiratoria y el
comportamiento, entre otros.
Así, con tecnologías de
refrigeración, que consisten en mojar a los bovinos con aspersores y
luego ventilarlos para bajar la temperatura corporal, el investigador
obtuvo un aumento de 15 por ciento en la producción de leche, sumado a
otra mejora de 15 por ciento en la eficiencia de conversión de alimento a
leche.
“Además disminuyeron los comportamientos que usan los
animales para aclimatarse cuando están estresados por el calor, como el
jadeo constante, lo cual indica un mayor grado de bienestar”, enfatizó.
Alcance
Según
Ghiano, se trata de una de las tecnologías más difundidas en tambos
grandes que tienen instalaciones acordes a altos niveles de producción.
Pero ultimamente también se empezó a expandir en tambos chicos porque
requiere una inversión accesible, que se puede recuperar en sólo un
verano.
“Permite reducir el estrés térmico con sólo dos
ventiladores, aspersores, una bomba y una media sombra común”, expresó
el investigador.
A la par, vale mencionar que algunos tambos
han desarrollado salas en las que los animales se refrescan cada tres o
cuatro horas durante 15-20 minutos, antes de volver al corral o a la
pastura. No obstante, la mayoría de los establecimientos utiliza esta
tecnología en el corral de espera, anterior al ordeñe.
“También
lo evalué en el sector donde comen los animales, debido a que en ese
lugar pasan el mayor tiempo del día”, mencionó Ghiano.
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