Un proyecto de la Fauba y
de la comunidad qom Potae Napocna Navogoh apunta a reintroducir razas
autóctonas de maíz en sus ambientes originarios
La Argentina posee más de 60 razas autóctonas de maíz y es, junto con
México Perú y Bolivia, uno de los principales países de la región donde
históricamente existió una gran diversidad de estos cultivos, aunque
muchos de ellos ya no se siembran. Ahora un grupo de investigadores de
la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) apunta a reinsertar esas
variedades en sus ambientes originarios, y para ello trabaja junto a la
comunidad qom Potae Napocna Navogoh (La Primavera), de la provincia de
Formosa.
"El objetivo es reintroducir maíces nativos adaptados a las
condiciones ambientales del NEA, que aporten a la disponibilidad de
alimentos y a la mejora de los ingresos económicos de un pueblo
originario de la región", sostuvo Julián Cámara Hernández, investigador
de la cátedra de Botánica Agrícola de la FAUBA, quien se dedica a
estudiar estas razas de maíz desde hace más de 35 años, y que será el
encargado de dirigir la iniciativa junto a otros agrónomos, antropólogos
y biólogos de la Universidad de Buenos Aires.
El proyecto se denomina "Maíces nativos para la promoción de la
soberanía alimentaria y la inclusión social en una comunidad qom del
Gran Chaco" y estará financiado por el Programa Consejo de la Demanda de
Actores Sociales (Procodas), del Ministerio de Ciencia y Tecnología la
Nación.
A partir de su puesta en marcha, la FAUBA pondrá a disposición su
banco de germoplasma de semillas nativas del NEA y aportaría el
conocimiento técnico, como lo viene haciendo desde 2010, cuando se
conformó un Grupo de Estudio y Trabajo en esa Facultad de la UBA para
colaborar con la comunidad qom. En estos años se realizaron diferentes
proyectos para mejorar la calidad del agua, desarrollar 45 huertas
familiares y un vivero comunitario donde se propagan plantas nativas
como algarrobo, mistol y lapacho. Ahora buscan avanzar hacia la
producción semiextensiva de cultivos de granos.
"El proyecto de maíces autóctonos apunta a recuperar un material
genético de gran variabilidad y valor culinario. Es una
experiencia excepcional a partir de la cual se incorporarán a la
producción de semillas de especies nativas disponibles en bancos de
germoplasma", aseguró Cámara Hernández.
Durante 2014, los docentes trabajaron junto a estudiantes de las
carreras de Agronomía y Ciencias Ambientales en lotes experimentales de
la FAUBA, donde se multiplicaron las semillas del banco de germoplasma,
que a partir de ahora comenzarán a sembrarse en la comunidad qom.
La siembra de estos maíces se realizará con técnicas agroecológicas
en parcelas familiares, manejadas por la “familia ampliada”, conformada
por entre 15 a 20 personas (abuelos, hijos y nietos) agrupadas en
predios de 5 hectáreas. Allí se sembrarán maíces autóctonos (del tipo
harinoso, reventadores y flint) que en las últimas décadas fueron
desplazados por la siembra de materiales genéticamente mejorados que
poseen más rendimiento pero, al mismo tiempo, demandan el uso de
agroquímicos.
Los granos cosechados serán fraccionados en bolsas (confeccionadas en
el taller textil de la comunidad) y comercializados en Laguna Blanca,
provincia de Formosa, y en la Feria de Alimentos de la FAUBA, en la
ciudad de Buenos Aires. Además, se espera vender lotes de maíces nativos
como semilla.
Recuperar la autonomía
Félix Díaz, qarashe de la comunidad qom Potae Napocna Navogoh (La
Primavera), recordó que su pueblo vivió tradicionalmente de los recursos
naturales, a partir de la caza, la pesca y la recolección. Pero ante la
reducción de su territorio (por el que están reclamando desde hace ocho
meses con un acampe en la Ciudad de Buenos Aires) se vieron obligados a
producir sus propios alimentos. En la actualidad buscan aprender nuevas
técnicas para avanzar hacia una autonomía alimentaria, revalorizando
sus conocimientos ancestrales.
"Queremos volver a retomar la actividades anteriormente hechas por
los miembros de la comunidad, porque nuestros mayores han aprendido a
cultivar maíz, algodón, poroto, batata, mandioca, zapallo (entre las
plantas nativas de este continente), además de banana, caña de azúcar,
palta y cítricos como naranja, pomelo y mandarina (introducidas desde
otros países)", dijo en una entrevista con Sobre la Tierra, y lamentó
que esas prácticas hayan sido abandonadas muchas veces por los
conflictos que mantiene su pueblo con las comunidades criollas y las
autoridades provinciales.
Al referirse a los trabajos que llevan adelante con los docentes de
la Facultad de Agronomía de la UBA para avanzar en el desarrollo de la
agricultura, consideró: "Va a ser un trabajo interesante porque nuestros
jóvenes no tienen la experiencia que tuvieron nuestros mayores. Por eso
también es fundamental la participación y la orientación de nuestros
ancianos y el acompañamiento de las cuestiones técnicas del manejo de
estos productos".
Díaz sostuvo que el acercamiento entre los profesores y estudiantes
de la UBA y su comunidad es muy importante para recuperar la autonomía
que tuvieron hace muchos años. Además, afirmó: "Es una experiencia
emocionante porque es la primera vez que un blanco entra a nuestro
territorio y nos trata de igual a igual, con un respeto que nunca
tuvimos".
A su entender, las visitas constantes de los investigadores y
extensionistas en el territorio qom y el acompañamiento técnico les
produce una gran motivación para avanzar en la siembra de cultivos:
"Volver a retomar la agricultura va a ser un esfuerzo enorme para la
comunidad, pero también va a generar un mayor bienestar. Los
jóvenes indígenas necesitan salir de su mundo e incorporarse en la
sociedad, sin abandonar su forma de pensar y su idioma. Y ser autónomos,
porque no queremos depender del Estado". (FAUBA)