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Noticia Ampliada
El 20% de las tierras trabajadas producen el 60% de los alimentos
13/05/2016 | On 24

Los "chacareros"" de peque�as fincas son los principales productores a nivel mundial.

 

La Agroecolog�a nace como una respuesta a las falencias de la agricultura industrial. Al combinar conocimientos tradicionales campesinos ind�genas de Am�rica Latina con ciencias como la Ecolog�a, la Agronom�a y la Sociolog�a, resulta una alternativa socialmente m�s justa, econ�micamente m�s viable, culturalmente aceptable y ecol�gicamente m�s diversa. As� lo entiende Miguel Altieri, profesor de Agroecolog�a en la Universidad de California (UC), quien fue invitado por la Facultad de Agronom�a de la UBA (FAUBA) para disertar sobre las bases de esta disciplina. Entrevistado por el sitio de divulgaci�n cient�fica Sobre La Tierra, explic� c�mo considera que su difusi�n masiva solucionar�a el problema del hambre en el mundo.

�Existen etnias que han practicado la agricultura por cientos de a�os, absorbiendo los cambios y permaneciendo estables en el tiempo. Los principios de la Agroecolog�a incluyen esos saberes, que al combinarse con otros provenientes de la Ecolog�a, por ejemplo, permiten cultivar la tierra de una forma m�s biodiversa, resiliente y productiva. Por otra parte, los supuestos que gu�an a la agricultura industrial ya no son v�lidos: el clima est� cambiando, la energ�a del petr�leo es cara y finita, y el agua no es abundante. Adem�s, la naturaleza no se puede controlar con tecnolog�a: los agroqu�micos, fertilizantes, transg�nicos y dem�s subsidios que supuestamente iban a aumentar la producci�n y reducir el hambre, tuvieron una serie de efectos ecol�gicos indeseables sobre la salud humana y el ambiente, y no resolvieron el problema de la alimentaci�n.�

Altieri, quien tambi�n es Presidente Honorario de la Sociedad Latinoamericana de Agroecolog�a (SOCLA), le explic� a Sobre La Tierra por qu� la propuesta agroecol�gica apoya principalmente a los campesinos. �Existen aproximadamente 1500 millones de hect�reas de tierra agr�cola en el mundo. El 80% est� bajo agricultura industrial, que en promedio s�lo produce 30% de lo que come la humanidad (s�lo le interesa generar biomasa). Por su parte, los campesinos, que son 380 millones de fincas en el mundo, trabajan el 20% restante y producen en promedio el 60% de los alimentos que consumen los habitantes del planeta. Entonces, �qui�nes son los principales productores? Los campesinos. La Agroecolog�a ha tomado como prioridad ese sector porque puede solucionar efectivamente el problema del hambre en el mundo�.

No obstante, los grandes productores tambi�n son tenidos en cuenta dentro del movimiento agroecol�gico, tal cual lo se�al� Clara Nicholls, docente y colega de Altieri en la UC: �Nos interesa que vaya desapareciendo ese mito de que la Agroecolog�a es s�lo para campesinos. Los grandes productores, aquellos que tienen entre 200 y 500 hect�reas, tambi�n pueden aplicar estos principios. Obviamente, las formas tecnol�gicas que deben adoptar son diferentes a las de la peque�a escala, pero las bases son las mismas. Por eso, para nosotros es clave venir a la Argentina a mostrar ejemplos de grandes productores agroecol�gicos de pa�ses como Colombia y Chile, incluso de Estados Unidos�.

Un futuro sano

Para que la ciencia de la Agroecolog�a pueda llegar a alimentar al mundo ser� necesario fortalecer aspectos educativos, legislativos y econ�micos, adem�s de mejorar su divulgaci�n hacia la sociedad en general, y a los productores en particular. �Necesitamos pol�ticas p�blicas que incluyan la educaci�n y la extensi�n de grado y posgrado en esta disciplina, con profesores capaces de brindar una visi�n m�s amplia. As� es el pensamiento agroecol�gico, m�s hol�stico y sist�mico; requiere otra pedagog�a. Por ejemplo, para nosotros, las plagas no son problemas que aparecen porque s�; hay condiciones, desbalances, causas que permiten que se expresen. En vez de ir al s�ntoma, como la agricultura convencional, que aplica insecticidas, la Agroecolog�a hace foco en las causas fundamentales. Esto diferencia mucho nuestros diagn�sticos de los problemas�, coment� Clara.

Una de las formas m�s eficientes en las que esta disciplina se est� difundiendo en el continente es a trav�s de los movimientos sociales. Tanto Altieri como Nicholls destacaron el ejemplo de Brasil, donde muchas fuerzas sociales rurales empujaron al gobierno a elaborar una ley nacional de agroecolog�a. �Nosotros trabajamos con una metodolog�a llamada campesino a campesino, que funciona de manera horizontal: cuando un campesino ve que a su vecino le funcion� una determinada pr�ctica, hay alta probabilidad de que la adopte. La divulgaci�n debe ser simple para que el mensaje llegue con claridad a la gente�.

Tanto Altieri como Nicholls destacaron la importancia de que las sociedades y los gobiernos tomen conciencia de la importancia que tiene una alimentaci�n sana. �Es necesario que la sociedad est� alerta de la procedencia de los alimentos que consume. Hoy se sabe, por ejemplo, que la buena salud de los ni�os depende en gran medida de la calidad de su dieta: existen enfermedades directamente vinculadas al sistema de producci�n industrial. Una vez entendido esto, la demanda de alimentos sanos, abundantes y accesibles vendr� de los pueblos. Y si los gobiernos analizaran la problem�tica en profundidad, no dudar�an en apoyar la agricultura sana. La salud p�blica representa una proporci�n considerable de los presupuestos, y ciertas enfermedades, evitables a partir de una dieta saludable, salen caras�.

Agricultura ecol�gica y cambio clim�tico

Para Clara Nicholls, desde el punto de vista agroecol�gico el cambio clim�tico es una preocupaci�n y tambi�n una oportunidad: �Muchos peque�os agricultores ya no pueden predecir los cambios clim�ticos. Ellos, que nada tuvieron que ver con este cambio, son quienes m�s lo sufren. Sin embargo, desde hace 5 a�os, investigadores en agroecolog�a nucleados en la red REDAGRES, perteneciente a la SOCLA, vienen comparando la resiliencia de fincas agroecol�gicas vs. convencionales en Colombia. Ellos encontraron que en a�os Ni�o o Ni�a, mientras las primeras mantienen su producci�n agr�cola o la lechera, las segundas experimentan ca�das de hasta el 70% en sus rendimientos. Adem�s, las agroecol�gicas se recuperan m�s r�pido de esos eventos. Este puede ser ese el punto de quiebre para que los productores cambien y entren en una transici�n hacia pr�cticas agroecol�gicas.

�Casi siempre se piensa que la ciencia, la academia o la tecnolog�a tiene las mejores respuestas. Nosotros, en las universidades, no nos damos cuenta de que muchas de las soluciones que buscamos est�n en el campo. Hay agricultores que son muy innovadores, experimentaron mucho por prueba y error, y fueron exitosos en ajustar sus sistemas. Por ejemplo, los campesinos de Los Andes, que supieron ajustar sus pr�cticas milenarias de manejo del agua, del suelo y de la biodiversidad. Podemos incorporar esos aprendizajes a los principios agroecol�gicos para redise�ar las fincas y hacerlas m�s resilientes al cambio clim�tico�, sostuvo Altieri. (Prensa Fauba)

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